Acepta el prodigio de esta verdad

Querido Hijo, cada alma tiene finalmente que llegar a un punto a lo largo de este sendero espiri­tual donde puede verse a sí misma como perfecta —como YO SOY perfecto— y deseosa de aceptar la maravilla de esta verdad. Cuando tú menospre­cias tu verdadero Yo, me estás menospreciando a Mí, porque YO SOY dentro de ti, YO SOY tú, ese tú real.

¿Es de extrañarse que siga pidiéndote que expan­das tu conciencia, que veas más allá de la concien­cia tridimensional, inmediata, dentro de aquellas dimensiones más altas donde todo se ve totalmen­te diferente, donde puedes ver realmente el signifi­cado de ser hecho a Mi imagen y semejanza, de ser perfecto como YO LO SOY, donde puedes ver la verdad de esas palabras "Yo y el Padre somos Uno", uno en Espíritu y en Verdad, inseparables?

Hay momentos en que estás plenamente conscien­te del prodigio de esto y sientes una tremenda ale­gría burbujeando dentro de ti. Eleva tu corazón en una profunda alabanza y agradecimiento porque puedes ver la Luz, porque eres consciente de esta Verdad maravillosa que es realidad.

Durante años te he pedido que te extiendas, que te expandas a esos reinos más altos de la realidad don­de todo es perfecto, donde todo es Uno. Tómate tiempo para pensar en estas palabras, para compren­der lo que significan. Vívelas, respíralas, deja que for­men parte de todo tu ser.

Mantente tranquilo, hazte consciente de Mí y de nuestra Unidad, y en esa Unidad encuentra una paz y una comprensión perfectas.