Siempre recuerda que como un hombre piensa, así es. Tienes dentro de ti todo el poder y cuando estás listo para usarlo correctamente es todo tuyo.
Las semillas que tú siembras florecerán; por lo tanto, cuida que todas esas semillas sean puras, buenas y auténticas.
Así como piensas, así creas; esta es Mi ley. Este es un principio que necesita ser comprendido y puesto en práctica en la vida diaria.
Recuerda que no es suficiente tomar un puñado de semillas y esparcirlas en la tierra. Cuando deseas una buena cosecha te tomas el tiempo para preparar el terreno, para cavarlo y nutrirlo antes de plantarlas. Así ocurre con el alma: necesita ser preparada antes de que las semillas del Espíritu se planten en ella.
Muchos seres creen que si van a la iglesia una vez a la semana, dicen sus plegarias a la noche y pasan unos pocos minutos de quietud Conmigo, es suficiente en su paso por esta vida. Esto es como rastrillar la parte superior del suelo y plantar las semillas en un terreno no preparado, esperando que ellas crezcan. Así es con un alma cuyo corazón y mente no están Conmigo, cuya fe no es fuerte, de modo que Permiten que penetren dudas y temores. Cuando llegue el momento de la prueba esa alma no podrá soportarlo. Por lo tanto, estad agradecidos por la preparación que habéis recibido.