Conforme a vuestra fe

Hágase en vosotros conforme a vuestra fe. Lo que tú crees que es verdad, es verdad.

Así como un hombre piensa, así es. Cuando acep­tas esto, eres capaz de hacer todas las cosas y no hay límites para lo que pueda manifestarse en Mi nom­bre. Encontrarás en los días venideros que muchas semillas de Luz que han sido sembradas en almas y yacen dormidas en la oscuridad, ahora comenzarán a germinar, emergiendo de la oscuridad y penetran­do en una Luz gloriosa. Habrá grandes cambios en muchos corazones, cambios realmente inesperados. Los corazones más duros se suavizarán y una vez más el Amor fluirá libremente.

Habrá una gran unión y vinculación de las fuerzas de la Luz. Habrá una ruptura de muchos grupos vie­jos, pero habrá una reformación de los grupos nue­vos donde la Luz de la Verdad reúna a aquellos de la Luz formando un grupo inquebrantable de portado­res de la Luz.

Lo viejo morirá y contemplarás lo Nuevo en toda su maravilla y toda su gloria. Sabrás que la victoria está asegurada y al alcance de tu mano. Festeja con alegría y deja que tu corazón cante con gratitud.

Serénate - sintoniza - escucha

Sintoniza Conmigo diariamente, hora tras hora, minuto a minuto. Ve que no haya interferencia y que el contacto sea verdadero. Que tu "equipo" esté per­fectamente ajustado: no pierdas nada, porque este contacto es tu salvavidas. Es tan vital para ti como la respiración que es Vida para tu cuerpo.

Puedes desconectar tu comunicación Conmigo tan fácil y rápidamente como puedes apagar un aparato de radio, pero recuerda que tú eres quien lo hace; nunca culpes a nadie más. Cuando no estés en armo­nía, mira dentro de ti mismo y verás qué anduvo mal. Ponte en perfecta sintonía otra vez. Serénate, vuelve a sintonizar y escucha, restablecerás el contac­to donde lo habías suspendido. Conforme haces eso, encontrarás una gran paz y alegría que te penetra cuando otra vez estás en evidente relación con tu Fuente Divina. Se hace más y más importante man­tener este estrecho contacto Conmigo.

Agradece constantemente por todo lo que está su­cediendo y observa Mi mano en todo.