El Ser elevado

Mientras hablas acerca del ser elevado, mientras tu conciencia se eleva y expande con este pensamiento, se vuelve más y más una parte de ti. Comienzas a vi­virlo, a hacerlo, y el deseo de hacer esto ayuda de muchas maneras.

Es como si fueras completamente ciego y no pu­dieras ver la luz —en realidad no conocías el signi­ficado de la luz— y ahora desde tu integridad, pue­des ver por primera vez. Las cosas que ves son tan maravillosas que encuentras difícil creer que son reales: mantienes extendida tu conciencia para to­carlas. Manejas esto en tu conciencia con asombro y encuentras que son realidad, que puedes estar y vivir en tan elevado estado, no ocasionalmente si­no todo el tiempo.

Nunca cejes o dudes de este pensamiento. Es un hecho; cuanto más piensas en él, más real se vuelve.

Te preguntas por qué hasta hace poco has sido tan ciego e incapaz de ver esta verdad como realidad. Hi­jo Mío, no estabas listo. Hay un tiempo apropiado pa­ra cada cosa. Ahora es el tiempo del gran despertar.

Lo que cada individuo hace con este renegar de las escalas establecidas ante sus ojos, es decisión de cada uno. Algunos se deleitarán con las revelacio­nes, otros tratarán de atraer la gloria para sí mismos, otros volverán sus espaldas con temor y es­cepticismo y retrocederán directamente a la oscuri­dad que ellos mismos hicieron. Esta es ahora la bi­furcación de los caminos. La verás manifestándose a tu alrededor. No te sorprendas de nada, porque esta época es una época de admiración.