Cuando respiras, te expandes; tu conciencia es el aliento de vida. Sin expansión, dejas de vivir en los caminos del Espíritu. Cuanto más grande la expansión, más grande el crecimiento. Practica esto; siente todo tu ser expandiéndose.
Puede ser doloroso al comienzo, pero si perseveras, estarás más vivo en los caminos del Espíritu. Cada átomo de tu cuerpo vibrará con la energía de vida. Te tomarás más sensible. Tus percepciones se encontrarán buscando algo nuevo.