“Gracias, Padre”

Cada vez que te detienes y dices, "Gracias, Padre", estás consciente de Mí. Cada vez que contemplas las bellezas de la Naturaleza y te deleitas con ella, tienes conciencia de Mí. Cada vez que sientes que tu cora­zón se abre y el amor fluye hacia un alma, estás cons­ciente de Mí. Más y más te das cuenta de que sin Mí no eres nada, pero que Conmigo eres todas las cosas y puedes hacerlo todo.

Nada es imposible cuando estás plenamente consciente de Mí.