Benditos sean los que oyen Mi palabra y la siguen, porque a partir de esta brotará toda acción. ¿Qué objeto tiene oír Mi Palabra, leerla, examinarla, si no la vives en tu vida diaria, colocándome en todo lo que haces, compartiendo todo Conmigo?
¿Hay algo de lo cual deberías avergonzarte por postrarte ante Mí? Si es así, con profunda humildad preséntalo a la Luz de la Verdad y deja que sea transmutado.
Desecha lo viejo, haz lugar a lo Nuevo. Abre los ojos y contempla la Naturaleza a tu alrededor. Un árbol tiene que desechar todas las hojas muertas antes de que las nuevas puedan aparecer con toda su gloria. La semilla debe romper su vieja piel antes de que pueda crecer y florecer. Cuando un polluelo sale de su cascarón no se aferra a la cáscara sino que la deja atrás para siempre y se convierte en una nueva vida.
Así es con cada uno de vosotros: dejáis lo viejo atrás a medida que avanzáis hacia lo Nuevo.
Hay momentos en los que te digo que seas flexible y no tengas ideas fijas, que hagas lugar para algo completamente diferente y nuevo. Esto es importante. Mantente abierto, listo para aceptar el cambio, sin renuencia. Acepta el hecho de que hay un tiempo apropiado para cada cosa y déjalo en Mis manos.
No deis nada por supuesto. Elevad vuestros corazones y sabed que YO SOY con vosotros, siempre. Haced Mis tareas, cumpliendo Mi voluntad y caminando en Mis pasos.