Hay muchas almas con las manos extendidas buscando ayuda y sostén. Permanece dispuesto a ayudar cuando se te requiera y jamás dejes a un alma que busca, con las manos vacías. Da y da sin distinción. Nunca permitas que nada te aflija demasiado. Hay tiempo para todo lo que realmente es necesario.
Hazte tiempo, despertándote temprano a la mañana cuando todo está en paz y la calma envuelve todo. Usa ese tiempo plenamente. Nunca te lamentes el tiempo precioso que pasas Conmigo. Es entonces cuando creces espiritualmente, cuando floreces.
Los momentos de autodisciplina son buenos, prueban que has elegido ponerme a Mí y a tu servicio a Mí, primero.
Pon primero lo que es primero. Esta elección se hace en el primer momento, cuando te despiertas. ¿Eliges tenerte indulgencia durmiendo un poco más? ¿Deseas buscarme a Mí primero?
Siempre tienes que elegir. Cada día, la elección está ante ti nuevamente; no es algo que haces una vez y para siempre. Durante el día —y cada día— esta opción está en tus manos.
En cada decisión que tomas, elige si lo haces para ti mismo o si buscas Mi Divina guía y la sigues. Mantente en tus pasos constantemente; es fácil resbalar y tomar el camino fácil, el de la indulgencia consigo mismo, y fallar en hacer Mi voluntad. Camina en Mis senderos y haz Mi voluntad.
Déjame mostrarte Mis maravillas y Mis glorias.