Piensa en una mariposa emergiendo del bienestar y la seguridad de su crisálida. Supon que la mariposa detuviera su proceso de salir y dijera: "No, no puedo dejar este lugar. No sé qué puede haber afuera". Supon que se detuviera y rehusara salir. ¿Qué pasaría? Fracasaría en su propia evolución, y si permaneciera en su crisálida, simplemente se encogería y moriría.
Eso es lo que sucede contigo. Hijo Mío. Rehusarte a entrar en acción porque tienes temor a lo desconocido, ciertamente detendría tu evolución.
Yo tengo las sorpresas y gozos más maravillosos esperando por ti a medida que avanzas sin temor en esta nueva aventura, en tanto emerges de tu crisálida. No hay nada que temer. Sólo lo perfecto resultará de este avance de tu parte, una total y nueva apertura de muchos misterios y maravillas nunca dichos.
Recuerda, Hijo Mío, YO SOY contigo siempre, no importa dónde estás o qué estás haciendo. YO SOY allí, guiándote y protegiéndote.