Las palabras que Yo te digo son mucho más preciosas que los tesoros terrenales, porque ellas son por siempre eternas. Son Vida, Amor, son Yo, y YO SOY Vida y YO SOY Amor.
Tú no puedes decir que me amas y al momento siguiente decir que te disgusta un solo ser. Expande tu conciencia hasta que realmente comiences a entender que toda la humanidad está hecha a Mi imagen y semejanza —toda— no unos pocos elegidos.
Ve lo mejor en cada ser. Viéndolo, lo sacas a la luz y permites que otros lo vean por sí mismos. Así, el Dios-hombre sale y se desarrolla en toda alma.