Libertad del Espíritu

Siempre hay algo nuevo que aprender en esta vida. Permanece abierto y listo para recibirlo. Sé siempre flexible. Deja que Mi Espíritu te conmueva en el mo­mento. Llama a esto "Libertad del Espíritu".

Cuando estás viviendo por el Espíritu, la vida es excitante. Está siempre cambiando, llena de gozo y de lo inesperado. ¿Cómo puedes alguna vez sentirte aburrido o poco interesado cuando estás viviendo de esta manera? La vida se vuelve poco interesante y sin sentido cuando te atas a una forma rígida y rehusas salir de ella. ¡Cuidado con esto!

Hay momentos en que es necesaria una disciplina estricta. Toda alma debe atravesar esos tiempos en el proceso de alcanzarme. Es conveniente tener un tiem­po fijo de quietud y meditación, en el que se Me bus­que y encuentre. Tiempo para estar tranquilo y escu­char Mi voz serena y queda. Cada niño aprende disci­plina a una edad temprana, cuando es mucho más fá­cil aprender y aceptar. Por lo tanto, en esta vida espi­ritual, es menos difícil para un alma aprender discipli­na desde el comienzo, entonces no se malgasta el tiempo rebelándose contra los infortunios que nos causan dolor y sufrimiento innecesarios.

Una vez que un alma ha aprendido las dos leccio­nes vitales de disciplina y obediencia, puede vivir verdaderamente por el Espíritu. Sé que a cualquier hora del día o de la noche Yo puedo llamarla y que instantáneamente se sintonizará Conmigo, lista pa­ra escuchar y obedecer Mi más mínimo susurro, con obediencia instantánea, que no desperdiciará ni si­quiera un minuto. Esta es una etapa que se alcanza a lo largo del sendero espiritual.

Si el deseo es lo suficientemente grande y profun­do, nada puede interponerse en el camino del logro. Que nada de lo que hagas sea mezquino. Da todo y sin duda recibirás todo. Eleva tu corazón y dame constantemente las gracias por todos Mis dones bue­nos y perfectos.