Mi palabra es Pan de Vida

Mi palabra es Pan de Vida. Por lo tanto, cada vez que sientas hambre, tranquilízate y recibe en el Pan de Vida lo que da vida eterna.

Se verán muchas maravillas con el ojo físico, pero verás más grandes aún con el ojo del Espíritu. La puerta no está cerrada para nadie, pero el deseo de­be ser grande.