Mira hacia el cielo

Siempre hay algo por lo cual estar gozoso, si man­tienes tus ojos y tu corazón bien abiertos, de manera que puedas disfrutar de todas las pequeñas alegrías a tu alrededor. Estas crecen rápidamente hasta que todo se transforma en regocijo y tu corazón siente que estallará de pura alegría. Encontrarás que es con­tagiosa. Cuando irradias alegría, la traes a la vida de los demás y la esparces como un regalo.

El espíritu que llevas es importante. Cuando dejas tu hogar cantando de alegría y felicidad, llevas ese espíritu a todos los que están en contacto contigo, ya sea que estén en la calle, en los negocios o sentados a tu lado. Tú puedes elevar a los demás al reino de la alegría o arrastrarlos al pozo de la depresión y la de­sesperación. Depende de ti.

¿Qué importa cómo está el tiempo? Vence todos los obstáculos, resístete a ver lo oscuro y lo triste. Ve só­lo la luz; mira con optimismo, no importa cuan oscu­ro pueda ser el problema. Eleva tus ojos hacia el cie­lo, con optimismo.