No hay tiempo que perder

Por ningún motivo opaques la Luz por nadie; déja­la brillar en cada contacto, a plena fuerza y gloria. No importa si alguien está ciego temporalmente; eso puede ser aun necesario. La luz no siempre nos da comodidad, sobre todo cuando hay oscuridad, pero la Luz de la Verdad debe seguir brillando en su ple­na gloria. El tiempo se está acortando, no hay tiempo que perder.