Prefacio

En 1969, una copia de "DIOS ME HABLO", primera parte, cayó por primera vez en mis manos. En ese mo­mento acababa de sufrir lo que parecía ser una secuencia calamitosa de hechos, los cuales, en cuestión de semanas, me habían dejado sin mi trabajo, mi departamento, todos mis efectos personales, mis ahorros, y mi determinación.

Sin embargo, a pesar de todo, sentía la mano de Dios obrando, conduciéndome hacia algo mejor y más signi­ficativo que lo que había conocido antes. El amigo que me había alcanzado el pequeño libro, me dijo: "Tal vez, es esto lo que estás buscando", y algo me dijo que así era. Abrí el libro al azar y mis ojos cayeron sobre las si­guientes palabras:

"Acepta este día como un Día Especial, un día de re­nacimiento. Este es Mi regalo para ti. Estás renaciendo en Espíritu y en Verdad. Este es el mayor hito en tu vi­da: desde este día en adelante, todo es Nuevo.

"Deseo que estés consciente de esto y lo aceptes como un hecho. Serás testigo de tremendos cambios en tu vi­da y tu manera de vivir. Pueden ser graduales, pero se concentrarán y nada evitará estos cambios, esta trans­formación. Crecerás en estatura; lo viejo se disolverá en la nada y todo será nuevo.

"Estás entrando en la época más gloriosa de tu vida, porque ahora conoces la Verdad. Sabes que YO SOY Vi­da, YO SOY Amor, YO SOY tu conciencia y que YO ES­TOY dentro de ti.

"Esto es algo que nadie te puede quitar, que nada puede cambiar. Esto es Realidad. Esto es algo que has estado buscando y ahora has encontrado. Es el tesoro más grande, la Verdad más grande, porque te trae a es­ta consciente Unidad Conmigo. Entonces tú sabes que todo lo que YO SOY es tuyo y todo lo que tengo es tu­yo y tú eres Mío.

"Deja que estas verdades sean parte de ti, absórbelas a medida que respiras. "Ellas son hálito de vida."

Supe que lo que había leído era verdad. Las pala­bras pueden haber venido a mí desde afuera, pero al­go en lo profundo de mi ser resonó con reconocimien­to y aceptación.

Al día siguiente partí para Findhorn y he estado aquí desde entonces. Aquel día, hace más o menos tres años, fue indudablemente un momento decisivo en mi vida. Desde entonces, han tenido lugar tremendos cambios y todo ha sido nuevo. Ya no necesité buscar afuera la voz de Dios, porque Findhorn me ha enseñado a encontrar esa voz en mi interior.

La mía es solamente una de las muchas historias que confirman la Verdad y la Sabiduría contenidas en estas Páginas. A través de los años se han recibido innume­rables cartas de personas cuyas vidas han cambiado radicalmente y han sido elevadas a través de la lectura de "DIOS ME HABLO", y muchos se han dirigido a Findhorn como resultado de su íntimo reconocimiento de estas Verdades. Con un profundo sentimiento de grati­tud y reconocimiento presentamos esta edición de "DIOS ME HABLO", que contiene cuatro partes. Ojalá sirva para evocar la Fuente de la Divinidad que está en tu interior, como ha servido a otros innumerables; que sus Verdades sean una parte de ti. Absórbelas cuando respires, porque ellas son el Hálito de Vida.

Roy McVicar
(Findhorn, 1971)