Cada uno de vosotros tiene una parte que jugar en los días venideros. Cada parte es única y completamente diferente, pero cada una completa la totalidad perfecta. Contribuye a hacer tu parte, a su debido tiempo y en el debido lugar.
Como en una obra que se está representando, cada actor tiene, ella o él, su papel. Todos los actores no están en el escenario al mismo tiempo, excepto en el final. Algunos de los roles son roles principales, otros son pequeños; no obstante, cada uno es necesario para lograr la obra perfecta.
Trabaja en armonía, entrando y representando tu papel, retirándote luego hacia atrás para observar y aprender mientras los otros hacen su parte. De esta manera hay ritmo perfecto.