Un círculo

Como fue en un comienzo lo es ahora y siempre lo será; la vida es eterna, sin principio ni fin. Acabas de comenzar a abarcar la maravilla de esta verdad. Un círculo no tiene principio ni fin sino que gira y gira. Así es con la vida; como tú eras al principio, así eres ahora. Has pasado el ciclo completo. Has comenzado a percibir tu divinidad, la que yace dentro de cada al­ma, pero que ha permanecido dormida demasiado tiempo.

Al comienzo no había separación y todo era Uno. Nosotros caminábamos y hablábamos juntos en per­fecta unidad y armonía. Tú sabías que eras parte de Mí y funcionabas en esa completa unidad. Ello ha significado quebrar los lazos de las viejas concepcio­nes y enseñanzas, elevar tu conciencia para que lo viejo quede atrás y tú penetraras en otra dimensión, donde todo es uno, donde no hay dualidad, donde puedas decir y sentir con cada átomo de tu ser "Dios SOY YO" y no hay nada más. Esta verdad está allí, al alcance de todos.

No temas nada. Acepta y expande esta verdad como tu verdad y como tu verdadera herencia. Con verdadera humildad, ponte delante de Mí y reconó­ceme. Al aceptar esta verdad, te estás liberando de todo lo que te ha atado por años.

Entras en la gran Luz, te vuelves parte de esa gran Luz, funcionas en ella y desde ella. La chispa ya no está más separada sino que es parte de la Totalidad Divina.

Manteneos en paz. Sabed que esto es lo que está su­cediendo ahora y vivid plenamente en el ahora Abrid vuestros corazones, reclamad estas verdades maravi­llosas, volveos uno Conmigo y regocijaos.