Este libro da muchas respuestas importantes para entender nuestro lugar específico en el conjunto de los seres vivos. Desde que nacemos nos dejamos fascinar, hechizar e hipnotizar por todo lo que nos rodea.
La fascinación y sus niveles
La fascinación nos mantiene unidos a nuestro mundo, el cual nosprotege y estimula nuestros sentidos hasta que, poco a poco, comprendemos las señales del entorno y podemos reaccionar a ellas.
También los animales quedan fascinados al percibir los olores, colores y movimientos de su mundo. Cuando reaccionan de manera adecuada, está claro que también comprenden las señales de su entorno.
Pero para los humanos hay otros niveles de fascinación:
- cuando comprendemos las cosas les damos significados,
- y con éstos creamos nuestro mundo mental.
No es un mundo irreal y separado de nuestro cuerpo.
Al contrario, gracias a él todos nuestros sentidos y sensaciones adquieren significado. Así, nuestro cuerpo, al principio puramente orgánico, se convierte para nosotros enun cuerpo que podemos entender y que participa de maneras muy sutiles y complejas en nuestra comunicación con los otros.
Cuando conversamos con otros, cada uno sólo puede hablar desde el mundo personal que se ha creado, pues no conoce el mundo mental del otro.
¿Cómo es posible que, a pesar de ello, nos entendamos?
Como muestra Cyrulnik a través de numerosos y sorprendentes ejemplos, nos comprendemos gracias a una fascinación muy especial, cuyos secretos nos revela la observación de todo lo que hacemos para comunicarnos además de hablar: ofrecemos al otro una gran variedad de gestos, miradas y movimientos, apenas o nada conscientes, que refuerzan lo que decimos y sentimos de forma que el interlocutor capta, a veces sin saberlo, nuestro estado de ánimo y lo que, en el fondo, queremos decir.