Este es el último capítulo. Si en este punto no has decidido aún convertirte en rinoceronte, esta es m i última oportunidad para suplicártelo. Debes entender que no es para beneficio mío el que tú te conviertas en rinoceronte. Tú ya compraste el libro. Yo no vendo ni unturas ni medicamentos para que te conviertas en rinoceronte, aunque esto parece buena idea y podré investigarlo en el futuro. Pero en este mismo momento, el único que se beneficiaría sí se decide a ser rinoceronte eres tú mismo.
Todo lo que te pido es que te decidas a ser rinoceronte y te comprometas de manera total. No hay nada peor que un rinoceronte a medias. No des mala imagen a los demás rinocerontes. ¡Eres o no eres! Me da pena ser un poco brusco contigo, pero tenemos que cuidar nuestra imagen. Entonces, ¿qué vamos a hacer?