Antes de descubrir el Éxito yo andaba confundido. Tenía y aún tengo, un escaparate lleno de libros que prometían "los secretos del Éxito". Unos libros decían que el secreto consiste en escribir nuestras metas. Otros decían que nos debíamos "vestir" para el Éxito. Otros nos aconsejaban ganar amigos e influenciar a los animales. Unos pregonaban deshacerse de los malos hábitos como el beber licor.
Pues bien, yo tenía e hice todas esas cosas y nada lograba. Peor aún, terminé como empleado de un millonario de 30 años de edad que jamás había escrito sus metas y vestía \ como un gran muchacho descuidado. Usaba el más sucio lenguaje que jamás había yo oído y no era ni mucho menos abstemio. Pero, ¿saben ustedes lo que él era? Era un cargante rinoceronte de tiempo completo.
Desde el momento en que yo reconocí esta tendencia en él, sin falta he hallado eso mismo en cuanta persona de Éxito he conocido. Ahora sí creo firmemente que si uno es rinoceronte casi tiene asegurado el éxito. ¡Sigue a la carga!