Hazte cargo de ti mismo. Apenas tienes un cuerpo de seis mil libras para disciplinario. Tómalo y crea el más eficiente e imponente rinoceronte que haya visto el mundo. Tienes 24 horas al día para dedicarte a esa tarea. Mantén gráficas y cuadros ilustrando tus progresos. Que sea tarea difícil y exigente. Échatela encima.
Sincronízate a un alto grado de excelencia. Nunca permitas que tu Rolls Royce se desincronice. No dejes que tus bujías se engomen ni que el filtro se tape con mugre. Por lo menos, ¡disciplínate para mantenerte a la altura de tu Rolls Royce! ¡No dejes que te gane cualquier carro!
Disciplínate incesantemente. Eres tu propio jefe. ¡Ponte en forma tú mismo! Si te vence la inercia o la entropía, ¿de quién es la culpa? Es tuya, naturalmente. Eres presidente de la empresa TU, Inc. ¿Por qué no conduces tu empresa con mayor cuidado? Eres el conductor de tu propia orquesta. Eres el-sargento. ¿Por qué no disciplinas a tu tropa? ¡RINOCERONTE! ¡¡Un dos-tres-cuatro Undos-tres-cuatro!!