Acabas de lanzarte de la cama; te has duchado, vestido y estás disfrutando una taza caliente de barrosa agua. Coges el periódico "Diario Animal" y examinas la primera página:
Cae el dólar...
Se anuncia escasez de agua este verano...
Cuarenta rinocerontes muertos en accidente de autobús...
No vayas a prender el televisor. Seguramente tienen la película de la tragedia del autobús. ¿Cómo crees que afecte esto tu habilidad para lanzarte a la carga todo este día? Tiende a disminuir tu entusiasmo, ¿verdad? ¿Por qué te debes someter a esta clase de estímulos negativos? Ciertamente tienes un cuero duro pero no tiene sentido que te apuntes con un cañón, ¿no es verdad?
Los rinocerontes no siguen la carrera de "mirar televisión", tampoco gastan toda la mañana enterándose de cuanto crimen o matanza ocurre a través del país. Dejemos que las vacas en sus praderas llenen sus confundidas mentes con todos los aspectos negativos de la vida. No hay que ignorar lo negativo, pero no debe uno saturarse de ello. De igual manera que las malezas crecen en los más bellos jardines, la vida también tiene que enfrentarse con situaciones negativas. Vigila, sí, que tu jardín no sea invadido por malezas. En lugar de lo negativo lee libros y revistas que señalen los aspectos positivos de la vida o lee material educacional.
Nosotros nos convertimos en el producto de tres cosas: de la gente con quien nos asociamos, de los libros que leemos y de las cintas magnetofónicas que escuchamos.