Hay problemas que tú no puedes subsanar. Estos están en la categoría de las penas. Los fallecimientos en la familia y otras tragedias son parte de la vida también. No hay manera alguna en que se pueda evitar una ocasional desgracia o un hecho desafortunado, salvo si te encierras a vivir en una alacena.
Nuevamente aquí tengo que destacar la importancia de tener una fe rinoceronte en Dios. Aunque somos muy grandes, los rinocerontes no creamos el mundo. Ni sabemos todas las respuestas. Cuando nos llegan los tiempos de grandes penas es satisfactorio saber que no estamos en la cima de todo. Más allá está nuestro Hacedor esperándonos y el más allá es un sitio mucho mejor que el que tenemos aquí.
No ha visto el ojo, ni ha escuchado el oído, ni ha entrado al corazón de los hombres, todas las cosas que Dios ha preparado para los que lo aman.
Corintios 2:9
Salvo que creas que puedes luchar solo, salvo que creas que somos los animales superiores de todo el universo, y salvo que creas que la muerte es el final absoluto, cree en Dios y ámalo.