Imagina que has nacido en una cueva: estás atado frente a un muro y solo ves sombras. Como no puedes darte la vuelta para salir al exterior, crees que el mundo real son esas sombras. Solo una persona que se levanta y sale al exterior empieza a comprender que el mundo que la rodea es mucho más que esas sombras.
Así describe Platón nuestra relación con el mundo exterior. Los griegos afirmaban que nuestros limitados sentidos nos atrapan en un mundo sensorial que es pasajero y que solo representa una parte de la realidad. La realidad, decían, tiene aspectos más profundos, más perdurables, pero no podemos experimentarlos si no logramos escapar de la trampa de nuestros sentidos, tan limitados.
¿Cómo podemos salir de nuestra cueva y comprender mejor lo que nos rodea?
Platón quiere que seamos como los filósofos, y como «la filosofía empieza en el asombro» nos invita a experimentar el mundo desde perspectivas menos racionales, menos limitadas y rígidas.