La medicina tradicional china se practica desde hace miles de años. Está basada en la creencia de que tenemos una fuerza vital que fluye por todo nuestro cuerpo —el qi o xi— que determina nuestro bienestar y salud. El qigong es una práctica que incluye ejercicios de respiración.
La práctica más básica de la respiración qigong se centra en la respiración abdominal profunda, que nos permite, entre otros beneficios, oxigenarnos mejor, y según la medicina china, tener más qi, o energía vital, en el cuerpo.
Para practicar respiración qi
- Siéntate o túmbate, con la espalda bien alineada.
- Pon tus manos sobre el abdomen.
- Cierra los ojos y fíjate en tu respiración durante unos momentos.
- Ahora respira hondo, siempre por la nariz, llenando tu abdomen de aire.
- Deja tus manos, o pon un libro, sobre el abdomen, para sentir cómo se hincha.
- Respira suave y profundamente, por la nariz, sin hacer ruido.
- Mantén tu mente centrada en la respiración.
- Cuando exhales, hazlo despacio, y si lo deseas aprieta un poco las manos sobre el abdomen para ayudar a vaciar el aire.
- Cuando hayas completado la inhalación, retén el aire unos segundos antes de exhalar, incluso intenta añadir tres respiraciones más.
- Luego suelta el aire despacio, y cuando lo hayas exhalado todo, intenta aguantar unos segundos y hacer tres exhalaciones cortas para echar bien el aire.
Puedes respirar así durante cinco minutos, o en cualquier momento en el que necesites recuperar fuerza y serenidad.