CUANDO DIGO QUE USTED NO TIENE QUE INCITAR AGUDOS CONVENIOS, no quiero decir que no tenga que incitar algún convenio del todo o que esté por encima de la necesidad de tener algún trato con sus asociados. Lo que quiero decir es que usted no necesitará negociar con ellos injustamente. No tiene que obtener algo a cambio de nada, sino que puede darle a cada persona más de lo que usted se lleva de ellos.
No puede darle a alguien más en valor monetario de lo que usted toma de él, pero sí puede darle más en valor de uso que el valor monetario del objeto que se lleva. El papel, la tinta y los otros materiales en este libro pueden no valer el dinero que se pagó por éste, pero si las ideas sugeridas en él le traen miles de dólares, usted no fue engañado por el que se lo vendió. Le han dado un gran valor de uso a cambio de un pequeño valor monetario.
Supongamos que yo tengo una pintura de uno de los grandes artistas, la cual, en una sociedad desarrollada, vale miles de dólares. La llevo a la Bahía de Baffin y por mi habilidad de vendedor, hago que un residente nativo del lugar me dé un bulto de pieles avaluadas en U$500. Realmente lo he engañado porque él no tiene uso para la pintura. Ésta no tiene valor de uso para él; no le agregará nada a su vida.
Pero supongamos que le doy a alguien un arma avaluada en U$50 a cambio de pieles. Así, él ha hecho un buen negocio. Él le da uso al arma. Ésta le dará muchísimas más pieles y mucha más comida; ésta le agregará a su vida en cualquier forma. Lo hará rico.
Cuando usted se va del plano competitivo al plano creativo, puede escrutar sus transacciones comerciales muy estrictamente, y si está vendiendo cosas que no le agregan más a la vida de alguien que lo que esa persona le da a usted a cambio, puede darse el lujo de detenerse.
Y si usted está en un negocio que afecta a la gente, sálgase inmediatamente de éste.
Déle a todos más en valor de uso de lo que usted se lleva en valor monetario. Así, usted estará agregando más a la vida del mundo en cada transacción comercial.
Si usted tiene gente trabajando para usted, debe tomar de ellos más en valor monetario de lo que usted les paga en salario, pero puede organizar su negocio para que cumpla con el principio del progreso, y así cada empleado que lo desee, puede avanzar un poco cada día.
Usted puede hacer que su negocio haga por sus empleados lo que este libro está haciendo por usted. Puede conducir su negocio para que sea una especie de escalera por la cual cada empleado que esté en problemas pueda escalar hasta las riquezas por él mismo. Y dada la oportunidad, si él no lo logra hacer, no será su culpa.
Y finalmente, sólo porque está a punto de causar la creación de sus riquezas de la sustancia amorfa, la cual impregna todo a su alrededor, ésta no va a crear lo que se quiere de la nada y lo hará aparecer ante sus ojos.
Si usted quiere una máquina de coser, por ejemplo, no intento decirle que deba imprimir el pensamiento de una máquina de coser sobre la sustancia pensante, hasta que la máquina sea formada sin manos, dentro de un cuarto o en cualquier otro lugar. Pero si usted quiere una máquina de coser, mantenga la imagen mental de ésta con la más positiva certeza de que la máquina se está haciendo o que ya viene en camino. Después de formar el pensamiento, tenga la más absoluta e incuestionable fe de que la máquina está por llegar. Nunca piense o hable de ésta en ninguna otra forma diferente a la de estar seguro de que llegará.
Afirme que la máquina ya es suya. Ésta será traída a usted por el poder de la suprema inteligencia, actuando sobre las mentes de los hombres.
Si usted vive en Maine, puede ser que una persona venga de Texas o Japón para comprometerse en alguna transacción que resultará en que usted obtenga lo que quiera.
Si es así, todo el asunto será para el beneficio de esa persona como para el suyo.
No olvide que la sustancia pensante está a través de todo, en todos, comunicándose con todos, y puede influenciar a todos. El deseo de la sustancia pensante por una vida más plena y mejor ha causado la creación de todas las máquinas de coser ya hechas, y puede causar la creación de miles más - y lo hará, cuando la gente se ponga en movimiento con el deseo y la fe y con el proceder de la forma correcta.
Usted ciertamente puede tener una máquina de coser en su casa, y es tan cierto como que usted puede tener cualquier otra cosa o cosas que usted quiera y las cuales usará para el progreso de su propia vida y la vida de los demás.
No necesita dudar al pedir en abundancia. "Es el deseo del Padre darles el reino", dijo Jesús.
La sustancia original quiere revivir todo lo que es posible en usted y quiere que tenga todo lo que pueda usar y usará para vivir la vida más abundantemente.
Si usted fija en su conciencia el hecho de que su deseo por tener riquezas es uno con el deseo del supremo poder por una expresión más completa, su fe se vuelve invencible.
Una vez vi a un niño sentado en un piano, tratando vanamente de sacar armonía de sus teclas. Vi que él estaba acongojado y enfadado por su inhabilidad para tocar verdadera música. Le pregunté la causa de su irritación y él me contestó "puedo sentir la música en mí, pero no puedo hacer que mis manos lo hagan bien". La música en él era la URGENCIA de la sustancia original, encerrando todas las posibilidades de toda vida. Todo lo que había de música estaba buscando expresión a través del niño.
Dios, la única sustancia, trata de vivir, hacer y disfrutar las cosas a través de la humanidad. Él dice "Quiero manos para construir hermosas estructuras, tocar armonías divinas, hacer gloriosas pinturas. Quiero pies para hacer mis encargos, ojos para ver mis bellezas, lenguas para decir verdades poderosas y cantar canciones maravillosas" y así sucesivamente.
Todo lo que hay de posibilidad está buscando expresión a través de la gente. Dios quiere a aquellos que puedan tocar música, tener pianos y cualquier otro instrumento y que tengan los medios para cultivar sus talentos a la máxima expresión. Él quiere a aquellos que puedan apreciar la belleza, ser capaces de rodearse a sí mismos de cosas hermosas. Él quiere a aquellos que puedan discernir la verdad, tener cada oportunidad de viajar y observar. Él quiere a aquellos que puedan apreciar un vestido, engalanarse con ropas hermosas y aquellos que puedan degustar la mejor comida que les permita estar lujosamente alimentados.
Él quiere todas estas cosas porque es Él mismo quien las disfruta y aprecia; son su creación. Es Dios quien quiere representar, cantar y disfrutar la belleza y proclamar la verdad; y usar ropas finas y comer buenos alimentos. "Es Dios quien trabaja en ti para desear y hacer" dijo el apóstol Pablo.
El deseo que usted siente por las riquezas es el infinito, buscando expresarse en usted, como buscó expresarse en el niño del piano.
Así que no necesita dudar en pedir en grande. Su tarea está en enfocarse y expresarle ese deseo a Dios.
Este es un tema difícil con la mayoría de la gente. Aún mantienen algo de la vieja idea de que la pobreza y el auto-sacrificio son placenteros para Dios. Ellos siguen la pobreza como si fuera parte del plan, una necesidad de la naturaleza.
Tienen la idea de que Dios ha terminado su trabajo e hizo todo lo que pudo y que la mayoría de la gente debe ser pobre porque no hay suficiente para todos. Se aferran tanto a este erróneo pensamiento que se sienten apenados al pedir riqueza. Tratan de no querer más que una muy modesta capacidad, suficiente para estar apenas cómodamente.
Ahora retomo el caso de un estudiante a quien se le había dicho que tenía que tener en mente una clara idea de las cosas que deseaba, para que el pensamiento creativo de las cosas pudiese ser impreso en la sustancia amorfa. Él era un hombre muy pobre, que vivía en una casa rentada y tenía sólo lo que ganaba del día a día y no podía aferrarse al hecho de que toda la riqueza era suya. Así que después de pensar en el tema, decidió que debía pedir razonablemente una alfombra nueva para el piso de su mejor cuarto y una estufa de carbón para calentar su casa durante el invierno. Siguiendo las instrucciones dadas en este libro, obtuvo estas cosas en unos pocos meses.
Y luego se dio cuenta que no había pedido suficiente.
Caminó por la casa donde vivía y planeó todas las mejoras que le gustaría hacerle. Mentalmente agregó una puerta-ventana por un lado y un nuevo cuarto por el otro hasta que la completó en su mente como su casa ideal y luego planeó su moblaje.
Manteniendo la idea completa en su mente, comenzó a vivir de la manera correcta y moviéndose hacia lo que él quería - y ahora él tiene esa casa y la remodeló después de la formación de su imagen mental.
Y ahora, aún con gran fe, va por cosas mejores.
Esto le sucedió a él de acuerdo a su fe, y así pasa con usted - y con todos nosotros.