INDEPENDIENTE DE SI CAMBIA SU VOCACIÓN O NO, sus acciones en el presente deben ser las que pertenezcan al negocio en el que está comprometido ahora.
Puede entrar en el negocio que quiere al hacer uso constructivo del negocio en el que ya está establecido - al hacer su trabajo diario de la forma correcta.
Y sin importar que su negocio consista en tratar con otras personas, ya sea personalmente o por correo, el pensamiento clave de todos sus esfuerzos debe estar en transmitirles a sus mentes la impresión de incremento.
El incremento es lo que todos los hombres y mujeres buscan; es la urgencia de la inteligencia amorfa dentro de ellos buscando expresión plena.
El deseo de incremento es inherente en toda la naturaleza; es el impulso fundamental del universo. Todas las actividades humanas están basadas en el deseo de incremento. La gente busca más comida, más ropa, mejor techo, más lujo, más belleza, más conocimiento, más placer - el incremento en algo, más vida.
Cada cosa viviente está bajo esta continua necesidad de avance; donde el incremento de cesaciones de vida, disolución y muerte llegan enseguida.
El hombre instintivamente conoce esto, y, por consiguiente, está buscando siempre más. Esta ley del incremento perpetuo fue fijada por Jesús en la parábola de los talentos: Porque al que produce se le dará más y tendrá en abundancia, pero al que no produce se le quitará hasta lo que tiene.
El deseo normal de riqueza incrementada no es un demonio ni algo reprensible. Es simplemente el deseo de una vida más abundante. Es aspiración.
Y porque es el instinto más profundo de su naturaleza, todos los hombres y mujeres son atraídos a aquellos que puedan darles más de los medios de la vida.
Al seguir la forma correcta como se describió en las páginas anteriores, está consiguiendo incremento continuo para usted mismo y le está dando a todos con quienes negocia.
Usted es un centro creativo del cual el incremento se reparte a todos.
Esté seguro de esto y transmita seguridad del hecho a cada hombre, mujer y niño con quien entre en contacto. No importa cuan pequeña sea la transacción, así sea la venta de una barra de dulce a un niñito, ponga en esto el pensamiento de incremento y asegúrese de que el cliente está impreso con el pensamiento.
Transmita la impresión de avance con cada cosa que haga, para que toda la gente reciba la impresión de que usted es una "personalidad de progreso" y de que avanzan todos los que tratan con usted. Incluso a la gente que conoce en una forma social - sin ningún pensamiento de negocio y con los que no les trata de vender algo - déles el pensamiento de incremento.
Puede transmitir la impresión al mantener una fe firme de que usted mismo está en el camino del incremento y al permitir que esta fe inspire, llene e impregne cada acción.
Haga todo lo que hace con la firme convicción de que usted es una personalidad de progreso y de que está dando progreso a todos.
Sienta que se está volviendo rico y también haciendo ricos a otros y confiriendo beneficios en todos.
No se jacte o alardee del éxito ni hable de éste innecesariamente; la verdadera fe nunca es arrogante.
Dondequiera que encuentre una persona arrogante, encuentra a alguien que es inseguro y miedoso. Simplemente sienta la fe y déjela trabajar en cada transacción. Deje que cada acto, tono y mirada exprese la silenciosa seguridad de que se está volviendo rico - de que usted ya es rico. Las palabras no serán necesarias para comunicar este sentimiento a otros. Percibirán el sentido de incremento dentro de su presencia y de nuevo volverán a usted.
Debe imprimir tanto a los demás, que así sentirán, que en asociación con usted, obtendrán incremento para ellos mismos. Véase dándoles un valor de uso mayor que el valor monetario que toma de ellos.
Tome un orgullo honesto al hacer esto y deje que todos lo sepan, y no le escasearán los clientes.
La gente irá a donde se les dé incremento, y lo supremo, que desea incremento en todos y que conoce a todos, le traerá los hombres y mujeres que nunca han escuchado de usted. Su negocio crecerá rápidamente y se sorprenderá de los beneficios inesperados que vendrán hacia usted. Será capaz de hacer, día a día, combinaciones mayores, mayores beneficios seguros y seguirá en una vocación más apropiada si así lo desea.
Pero al hacer esto, nunca debe perder de vista su visión de lo que quiere o la fe y propósito de tener lo que quiere.
Déjeme darle aquí otra advertencia con respecto a los motivos: tenga cuidado con la tentación tendenciosa de buscar poder sobre los demás.
Nada es tan placentero para la mente inmadura o parcialmente desarrollada que el ejercicio de poder o dominio sobre los otros. El deseo de gobernar por propia gratificación, ha sido la maldición del mundo. Por incontables épocas los reyes y señores empaparon la tierra con sangre en sus batallas para extender sus dominios - no para buscar más vida para todos, sino para tener más poder para ellos mismos.
Hoy día, el principal motivo en el mundo comercial e industrial es el mismo: los hombres juntan sus ejércitos de dólares y arruinan las vidas y corazones de millones en el mismo desorden maniático por tener poder sobre los demás.
Los reyes comerciales, como los reyes políticos, están inspirados por la lujuria del poder. Prestan atención a la tentación de buscar autoridad, para volverse "amos", para que sean considerados como los que están por encima de los demás, para impresionar a los demás con el despliegue de lujos, etc.
La mente que busca gobernar sobre los otros es la mente competitiva, y la mente competitiva no es creativa. Para gobernar su ambiente y su destino, no hay necesidad de regir sobre su socio, y, en verdad, cuando cae en la lucha del mundo por posiciones más altas, comienza a ser conquistado por el destino y el ambiente, y su obtención de riquezas se vuelve cuestión de suerte y especulación.
¡Tenga cuidado de la mente competitiva! Ninguna afirmación puede ser mejor formulada que la declaración de la última "Regla de Oro" de Jones de Toledo: "Lo que quiero para mí, lo quiero para los demás".