El éxito no es normalmente el resultado de un esfuerzo, sino de la acumulación de muchos esfuerzos.
La diferencia entre la gente que triunfa y los que no, no radica necesariamente en su talento ¡sino en su perseverancia!
Después de una acción que no produjo los resultados deseados, siempre pregúntate: ¿Qué hice bien para que durase ese tiempo? De esta manera siempre te sentirás animado a probar de nuevo.
Si adoptas la táctica del cantero (trabajador de una cantera que golpea las rocas con su pico), perseveras, nunca dejas de insistir y aprendes de cada experiencia, siempre lograrás la empresa que te propongas.