Tanto lo que buscas fuera como aquello de lo que huyes, está dentro de ti.
Anthony De Mello
En los capítulos anteriores hemos buceado en los afectos que desencadena una muerte inesperada y hemos hecho profesión de fe de que esa muerte es una enseñanza para los que quedamos vivos.
Sin embargo, aprender esta lección que una muerte nos plantea no es tarea sencilla, porque generalmente no estamos preparados y predispuestos para ello. De modo que debemos, muchas veces, apoyarnos en una ayuda necesaria para transitar este dolor. Una ayuda válida que se basa en no suprimir, en no adormecer, sino en hacernos despertar aunque esto implique un sufrimiento inicial mayor. No debemos buscar el alivio sino la comprensión, o puesto de otro modo: sólo la comprensión nos dará verdadero alivio.