En suma, la muerte inesperada aparece como un acontecimiento inexplicable, sorpresivo y sorprendente, conmocionante y desbordante, increíble e imprevisible, pero sobre todo como una experiencia transformadora y violenta.
La vida no nos dio tiempo, nos cambió los libretos y ahora nos hace actuar la obra con un personaje menos. Frente a esto podemos reaccionar de milmodos, pero no podemos ser indiferentes. Hay algo en la muerte inesperada que nos toca. Tal vez, el hecho de que, aunque organicemos nuestras vidas hasta el mínimo detalle, la muerte es una variable que no podemos controlar y esto es lo que asusta y lo que nos recuerda la muerte inesperada.