Llamo soledad a la posibilidad de estar integrado en contacto con mi esencia; llamo soledad al camino para reunirme con mi totalidad; llamo soledad al enfrentar mi pasado, mi presente y mi futuro; llamo soledad a comprender que estoy de paso, que hay otras vidas, pero de todas ésta es la más importante, porque es la que tengo; llamo soledad a aceptar mis defectos y mis virtudes; llamo soledad al desprendimiento, al desapego; llamo soledad a ser dueño de mí mismo; llamo soledad al encontrarme para encontrarme con otro; llamo soledad a no interferir ni dejar que otros interfieran en mi vida; llamo soledad a esa oportunidad de recuperar la dimensión de lo perdido: mi intimidad.