Tu muerte no se deja encerrar en palabras, es algo que se siente. Al principio me contrarió, cómo podías hacerme esto o cómo la vida podía hacerme esto. Después sentí odio, luego miedo, soledad... y muchas otras emociones. Hoy me siento liberado, sin mochilas. He crecido. Por eso tu muerte no es sólo una palabra, es una experiencia en mi vida, una experiencia que me ha transformado.