Síntesis

  1. La muerte es algo que siempre acontece. Cuando aparece coloca al hombre ante la imagen de la finitud.
  2. Cada cual, frente a la muerte, es “alguien diferente”, la muerte siempre singulariza y dramatiza el recorrido de una vida.
  3. La muerte sorpresiva tiene color traumático para quienes quedamos vivos.
  4. En las muertes inesperadas siempre nos quedamos en vilo, con palabras en la boca y caricias en las manos.
  5. Aunque organicemos nuestras vidas hasta el mínimo detalle, la muerte es una variable incontrolable.
  6. El argumento de vida que cada persona construye como motivo de su existencia, expresa mapas mentales sobre la muerte.
  7. Quien evade la muerte evade la vida y el miedo a morir que lo domina es proporcional a su miedo a vivir.
  8. La muerte aparece, entonces, como una sombra que acecha desde la oscuridad, que nos quita lo que llevamos de valor (representado en la moneda del pago) y nos deja desnudos y expuestos a algo desconocido.
  9. La muerte no es llegar a una estación de justicia para rendir cuentas de nuestros actos.
  10. La muerte es algo que nos espera, pero no hay que vivir para la muerte sino vivir para la vida.
  11. La vida no acaba sino que continúa más allá de esta etapa. Es una experiencia que merece ser vivida con amor y pasión.
  12. La vida es una oportunidad, como lo es la muerte.
  13. La sorpresa es la reacción emocional ante lo inesperado.
  14. Ante la muerte inesperada, quien no se sorprende no se está permitiendo tener una vivencia natural y necesaria.
  15. Dominado por fuertes emociones el hombre puede anestesiar el dolor.
  16. El dolor no es una noticia, sino que el dolor afecta a quien lo sufre. Es al mismo tiempo una sensación y un afecto.
  17. El dolor es una afirmación del estar vivos y el querer luchar por la vida.
  18. El dolor y es sufrimiento son experiencias; antes que eliminarlas, hay que tratar de comprender su significado en la vida de una persona para poder convertirlas en experiencias de aprendizaje.
  19. Tanto el dolor como el sufrimiento son dos maneras de explorar la intimidad y de empujar al sujeto hacia la madurez y la perfección.
  20. Quien sufre ante una muerte inesperada, quien responde emocionalmente, con su soma o en cuerpo y alma,
  21. está dejando emerger el desgarrón interior que le produjo la noticia de la muerte inesperada de un ser querido.
  22. Las despedidas nunca son fáciles. En cada despedida revivimos todas las despedidas. Poder despedirse hoy es reelaborar las despedidas pasadas.
  23. Desprenderse hoy es desprenderse de todo lo pasado que aún perduraba.
  24. Las muertes inesperadas pueden llegar a resonar de muchas maneras en nuestras vidas... Lo único que no pueden, es pasar desapercibidas.
  25. Desesperación, indignación son afectos normales, respuestas esperables, vivencias que deben ser transitadas.
  26. Porque aunque no nos acordemos, aunque levantemos un muro de olvido, aunque no lo veamos “el sol siempre está”.
  27. Aferrarse a la nostalgia es quedar prisionero de la no aceptación de la pérdida.
  28. Si nos perdonamos, podemos perdonar y ser perdonados.
  29. El remordimiento implica un quedar atado a una culpa, que no cesa
  30. Luchar contra algo, fortalece lo opuesto. No hay que combatir el odio con más odio.
  31. La tristeza es una emoción normal que nace como respuesta frente a una pérdida o ausencia.
  32. La experiencia de la pérdida inesperada desencadena, en el sujeto, un proceso de “duelo” mediante el cual la persona elabora la privación del amor perdido.
  33. Estar triste es un trabajo del alma, una oportunidad para separarse, para desasirse y poder continuar el camino de la vida, dando gracias a lo perdido por lo que significó su existencia, para nosotros, y por lo que nos enseñó.
  34. Muchas veces los sentimientos de tristeza y depresión están ausentes como tales y lo que aparece son equivalentes somáticos.
  35. La depresión es el fruto del estar enamorado y al mismo tiempo decepcionado, con un amor que permanece aun cuando haya muerto.
  36. Hay dos circunstancias bien distintas en relación a una respuesta depresiva ante una muerte inesperada: si la persona posee una tendencia depresiva o si no.
  37. Las personalidades depresivas son esencialmente dependientes exageradas del amor y al aceptación de los otros.
  38. Más se mantiene el amor a lo perdido, si esa muerte fue inesperada... el golpe sorpresivo cuesta más asimilarlo.
  39. El elaborar el duelo de una pérdida implica reconocer también las cosas buenas que recibimos del otro, así como sus lados oscuros.
  40. Apego significa miedo a perder a quien me ama, me protege y de quien, en cierta medida, dependo.
  41. El sentimiento de orfandad se funda en una respuesta ante la experiencia de la muerte de alguien amado: estoy solo.
  42. Hacernos cargo de nuestra vida no significa negarse a aceptar ayuda.
  43. No sólo se trata de que alguien amado murió, sino de que ese amado que estaba dentro de sí lo ha abandonado.
  44. El apego es estancamiento, quedar detenido en el proceso de la evolución de la vida.
  45. El apego se cura con amor y amor es aceptar al otro tal como es, haga lo que haga, aun morirse sin “avisarme”.
  46. Decir adiós no significa olvidar, sino cortar las amarras que nos ataban, que no deberían haber existido, pero que a veces, ni sabíamos que estaban y que sólo las descubrimos cuando el otro murió.
  47. Para aprender a decir adiós y poder seguir recordando de un modo positivo hay que aceptar que la muerte es inevitable.
  48. La muerte de un ser amado no debe vaciar sino llenar de sentido nuestra existencia.
  49. La muerte es un tránsito. Debemos amar el amor y no a un amor, así como debemos estremecernos frente a la muerte y no ante una muerte.
  50. Recordar no es atormentarse, es una caricia.
  51. Cada arquetipo con el que nos enfrentamos plantea un miedo a vencer, una tarea a concretar y un aprendizaje a realizar. Son, en resumen, enseñanzas de vida.
  52. Hay que recordar que cada uno lleva, dentro de si, un héroe interior, del cual no siempre es consciente y que a veces vive en potencia.
  53. Una muerte inesperada es la llamada a comenzar el viaje hacia uno mismo.
  54. Percibimos que podemos ser los dueños de nuestras vidas, que esa muerte no fue inútil, que aprendimos a curarnos.
  55. La muerte inesperada es un llamado que puede ser asimilado como una incitación a realizar un camino de crecimiento.
  56. Cuando vemos con los ojos del alma, la muerte resulta, entonces, ser una despedida oportuna, un despertar espiritual.
  57. La muerte puede representar un llamado al nacimiento de una verdadera crisis espiritual.
  58. La muerte se ha transformado de verdad amarga en certidumbre serena, de infierno en cielo.
  59. Sólo abrazando nuestra sombra, podemos revivir nuestras partes muertas.
  60. La muerte de un ser querido nos enfrenta con nuestras propias muertes.
  61. Nada puede ser sanado en ausencia.
  62. Cuando alguien muere reaviva la herida que hay en nuestra alma
  63. Una muerte puede significar un poderoso crecimiento espiritual, el comienzo de un nuevo camino.
  64. La muerte es como un capítulo de un texto indispensable que tenemos que leer.
  65. Las personas pasan, pero los afectos quedan, no como un doloroso sentir, sino como un tierna brisa de la memoria.
  66. En cada suspiro y en cada atardecer estás presente, y en cada despertar me acompañas sin necesidad de que mi conciencia lo sepa, porque, al aparecer tú en mi vida, dejé de ser el mismo.
  67. No debemos buscar el alivio sino la comprensión, o puesto de otro modo: sólo la comprensión nos dará verdadero alivio.
  68. La psicoterapia es una experiencia dialógica de la búsqueda de lo que no sé de mí.
  69. En el diálogo psicoterapéutico el cuerpo también habla.
  70. La psicoterapia puede ser vista como una herramienta para reflexionar sobre el sentido del dolor en nuestras vidas.
  71. El “darse cuenta” ocurre dentro del marco del vínculo entre terapeuta y paciente, es hijo de una relación y los padres son el paciente y el terapeuta.
  72. Esta pasión por el saber de toda psicoterapia implica una perspectiva del suceder psicoterapéutico como un progresivo develamiento de lo desconocido.
  73. En toda psicoterapia el paciente espera ayuda y curación.
  74. Toda psicoterapia es una experiencia. Una experiencia de muerte y resurrección.
  75. Al negarse a la propia experiencia de la intimidad y la unidad, el hombre termina por transformarse en su peor enemigo.
  76. El crecer lleva a diferenciarse, a dejar de lado muchas cosas externas, a separarme, a poner límites, a distanciarme de personas que tal vez quiero y amor pero que me impiden vivir mi vida de acuerdo con los mandatos de mi alma.
  77. Los remedios florales pueden combinarse con la psicoterapia, y de hecho, de este modo se alcanzas resultados maravillosos.
  78. Ayudar es estar dispuesto a escuchar y sostener los procesos internos del otro cuando demanda ayuda, pero nunca interferir en su vida y en sus decisiones.