El poder es esencial para el éxito en la acumulación de riqueza.
Los planes son inertes e inútiles si no se dispone del poder suficiente para transformarlos en acción. Este capítulo describirá el método mediante el que un individuo puede obtener y aplicar poder.
Es posible definir el poder como «conocimiento organizado e inteligentemente dirigido». El poder, tal y como se utiliza el término aquí, se refiere al esfuerzo organizado, suficiente para permitir a un individuo transformar el deseo en su equivalente monetario.
El esfuerzo organizado se produce a través de la coordinación del esfuerzo de dos o más personas, que trabajan para alcanzar un fin determinado, en un espíritu de armonía.
¡El poder es necesario para lograr la acumulación de dinero! ¡Y también para conservar el dinero una vez ha sido adquirido!
Averigüemos cómo se puede adquirir el poder. Si el poder es «conocimiento organizado», examinemos las fuentes del conocimiento.
a) Inteligencia Infinita. Podemos ponernos en contacto con esta fuente del conocimiento a través del procedimiento descrito en otro capítulo, con la ayuda de la imaginación creativa.
b) Experiencia acumulada. La experiencia acumulada del hombre (o esa parte de la misma que ha sido organizada y registrada) podemos encontrarla en cualquier biblioteca pública bien equipada. Una parte importante de esta experiencia acumulada se enseña en las escuelas y universidades públicas, donde ha sido clasificada y organizada.
c) Experimentación e investigación. En el campo de la ciencia, así como casi en cualquier otro ámbito de la vida, los hombres se dedican diaria mente a reunir, clasificar y organizar hechos nuevos. Ésta es la fuente a la que debemos volver nuestra atención cuando el conocimiento no esté disponible a través de la «experiencia acumulada». Aquí también hay que utilizar con frecuencia la imaginación creativa.
El conocimiento puede ser adquirido a partir de cualquiera de las fuentes antes citadas, y convertido en poder mediante la organización de ese mismo conocimiento en planes definidos, y expresando esos planes en términos de acción.
El examen de estas tres grandes fuentes de conocimiento pone ya de manifiesto la dificultad con la que se encontrará todo individuo que dependa exclusivamente de sus únicos esfuerzos a la hora de reunir el conocimiento y expresarlo a través de planes definidos en términos de acción. Si sus planes son amplios, y si contemplan amplias proporciones, debe inducir, en general, a otros a cooperar con él, antes de poder inyectar el necesario elemento de poder en ellos.