Cuando en la mente de una persona surgen ideas o conceptos, a través de lo que popularmente se denomina un «presentimiento», o intuición, éstos proceden de una, o más, de las siguientes fuentes:
- La Inteligencia Infinita.
- El propio subconsciente, donde se halla almacenada toda impresión sensorial y todo impulso de pensamiento que ha llegado alguna vez al cerebro a través de cualquiera de los cinco sentidos.
- De la mente de alguna otra persona que acaba de expresar el pensamiento, o que esboza o describe la idea o concepto a través del pensamiento consciente.
- Del almacén subconsciente de la otra persona.
No existen otras fuentes conocidas de las que se puedan recibir ideas «inspiradas» o «presentimientos».
Cuando la acción del cerebro ha sido estimulada por medio de uno, o más, de los diez estímulos mentales, esa acción tiene el efecto de elevar al individuo muy por encima del horizonte del pensamiento ordinario, y le permite visionar distancia, perspectiva y calidad de pensamientos no disponibles en el plano inferior, como los que se producen cuando uno se halla enfrascado en la solución de los problemas de la rutina empresarial y profesional.
Cuando uno se eleva hasta ese nivel de pensamiento más alto por medio de cualquier forma de estimulación mental, un individuo ocupa casi la misma posición que otro que ha ascendido en un avión hasta una altura desde la que puede observar más allá de la línea del horizonte que limita su campo de visión cuando se encuentra en tierra. Es más, mientras se encuentra en ese nivel de pensamiento elevado, el individuo no se ve atado por ninguno de los estímulos que circunscriben y limitan su visión mientras afronta los problemas de ganar lo suficiente para cubrir las tres necesidades básicas que tiene planteadas: alimento, ropa y cobijo. Se encuentra entonces en un mundo de pensamiento del que se han eliminado con tal efectividad los pensamientos cotidianos y ordinarios, como lo están los valles y colinas y otras limitaciones de la visión física para el que se encuentra en un avión.
Mientras se encuentra en este plano exaltado del pensamiento, la facultad creativa de la mente obtiene libertad para la acción. De ese modo se ha despejado el camino para el funcionamiento del sexto sentido. El individuo se vuelve receptivo a ideas que no hubieran acudido a su mente en otras circunstancias. El «sexto sentido» es la facultad que marca la diferencia entre un genio y un individuo ordinario.