El décimo paso hacia la riqueza

El significado de la palabra «transmutar» es, en lenguaje sencillo, «el cambio, o transferencia, de un elemento, o forma de energía, en otro».

La emoción del sexo permite alcanzar un cierto estado mental.

Debido a la ignorancia que se tiene sobre el tema, este estado mental suele asociarse con el físico, y los aspectos esencialmente físicos, debido a las influencias impropias a las que la mayoría de las personas ha estado sometida en el proceso de adquisición de conocimiento sobre el sexo, han dejado bastante de lado los mentales.

La emoción del sexo tiene en el fondo de sí misma la posibilidad de tres potencialidades constructivas, que son:

  1. La perpetuación de la humanidad.
  2. El mantenimiento de la salud (no tiene parangón como agente terapéutico).
  3. La transformación de la mediocridad en genio a través de la transmutación.

La transmutación del sexo es fácil y sencilla de explicar. Significa el cambio de la mente desde pensamientos de expresión física, a pensamientos de alguna otra naturaleza.

El deseo sexual es el más poderoso de los deseos humanos. Cuando los hombres se ven impulsados por él, desarrollan agudeza de imaginación, valor, fuerza de voluntad, perseverancia y habilidad creativa desconocidos para ellos en otras ocasiones. El deseo del contacto sexual es tan fuerte e impulsor, que los hombres llegan a arriesgar su propia vida y su reputación para calmarlo. Esta fuerza motivadora, cuando es controlada y dirigida hacia otras líneas, conserva todos sus atributos de agudeza de imaginación, valor, etc., que pueden ser utilizados entonces como poderosas fuerzas creativas en la literatura, en el arte o en cualquier profesión o empresa, incluyendo, desde luego, la acumulación de riquezas.

La transmutación de la energía sexual exige el ejercicio de la fuerza de voluntad, pero vale la pena hacer el esfuerzo a cambio de la recompensa. El deseo de expresión sexual es innato y natural. Ese deseo no puede ni debe ser sumergido ni eliminado. Pero debe proporcionársele una vía de salida a través de formas de expresión que enriquezcan el cuerpo, la mente y el espíritu del hombre. Si no se le proporciona esa vía de salida, por medio de la transmutación, buscará vías de salida mediante canales puramente físicos.

Si se controla el agua de un río durante un tiempo, es posible construir una presa; pero, en último término, el río buscará una salida. Lo mismo puede decirse de la emoción del sexo. Puede quedar sumergida y ser controlada durante un tiempo, pero su propia naturaleza hace que ande siempre a la búsqueda de medios de expresión. Si no se transforma en algún otro esfuerzo creativo, encontrará una vía de salida mucho menos valiosa.