El undécimo paso hacia la riqueza

El subconsciente es un campo de conciencia en el que todo impulso de pensamiento que alcanza la mente consciente a través de cualquiera de los cinco sentidos se ve clasificado y registrado, y del que se pueden recordar o retirar los pensamientos, del mismo modo que se sacan las cartas de un archivador.

Recibe y archiva las impresiones sensoriales o los pensamientos, con independencia de su naturaleza. Cualquier plan, pensamiento o propósito que se desee trasladar en su equivalente físico o monetario puede plantarse a voluntad en el subconsciente. Éste actúa primero sobre los deseos dominantes que se han mezclado con sensaciones emocionales, tales como la fe.

Consideremos esto en conexión con las instrucciones contenidas en el capítulo sobre el deseo, para dar los seis pasos esbozados allí, así como con las instrucciones acerca de la construcción y ejecución de planes, y se habrá comprendido la importancia que este pensamiento conlleva.

El subconsciente funciona de día y de noche. A través de un método de procedimiento, desconocido para el hombre, la mente subconsciente utiliza las fuerzas de la Inteligencia Infinita para disponer del poder con el que transmuta voluntariamente los deseos de una persona en su equivalente monetario, empleando siempre los medios más prácticos con los que pueda lograrse este fin.

No se puede controlar por completo la mente subconsciente, pero sí es posible transmitirle cualquier plan, deseo o propósito que se desee transformar en una forma concreta. Vuelva a leer las instrucciones acerca del uso del subconsciente en el capítulo sobre la autosugestión.

Existen numerosas evidencias que aprueban la creencia de que el subconsciente es el vínculo de conexión entre la mente finita del hombre y la Inteligencia Infinita. El subconsciente es el intermediario a través del cual se pueden utilizar a voluntad las fuerzas de la Inteligencia Infinita. Él, por sí solo, contiene el proceso secreto por el que se modifican y se cambian los impulsos mentales para constituir su equivalente espiritual. Él, por sí solo, es el medio a través del cual se puede transmitir la oración a la fuente capaz de contestar a esa misma oración.