Antes de terminar con este capítulo llamaremos su atención sobre algunos campos fértiles donde se ha producido una declinación del liderazgo y en los cuales el nuevo tipo de líder puede encontrar abundancia de oportunidades.
- Primero: en el campo de la política hay una insistente demanda de nuevos líderes, una demanda que apunta nada menos que a una emergencia.
- Segundo: en el mundo de la Banca se está produciendo una reforma.
- Tercero: la industria tiene nuevos líderes. Para que pueda perdurar, el nuevo líder industrial debe considerarse casi como un funcionario público, cuyo deber es manejar su empresa de manera tal que no imponga penurias a ningún individuo ni a ningún grupo.
- Cuarto: el líder religioso del futuro se verá obligado a prestar más atención a las necesidades temporales de sus seguidores, a la solución de los problemas económicos y personales del presente, y a prestar menos atención al pasado, que ya no existe, y al futuro, que no ha llegado aún.
- Quinto: en las profesiones del derecho, la medicina y la educación, se necesitará una forma de liderazgo nueva y, en alguna medida, también nuevos líderes. Esto es sobre todo válido en el campo de la educación. El líder en este campo deberá encontrar, en el futuro, formas y medios nuevos de enseñar a la gente la manera de aplicar el conocimiento que se les ha impartido, ocupándose más de la práctica y menos de la teoría.
- Sexto: en el campo del periodismo se necesitarán nuevos líderes.
Éstos no son más que algunos de los campos en que actualmente se dispone actualmente de oportunidades para nuevos líderes y para una forma de liderazgo también nueva. El mundo está sufriendo rápidos cambios, y esto significa que los medios por obra de los cuales se promueven los cambios en los hábitos humanos deben adaptarse a los cambios. Los medios que describimos aquí son los que, en mayor medida que ningún otro, determinan la tendencia de la civilización.