Sepa lo que quiere y, en general, lo conseguirá

A través de toda esta filosofía se encontrará la sugerencia de que el pensamiento, apoyado por un fuerte deseo, tiene una tendencia a transformarse en su equivalente físico. Tanto en esta historia como en la de la organización de la United States Steel Corporation se encuentra una descripción perfecta del método mediante el cual el pensamiento produce esta asombrosa transformación.

En su búsqueda del secreto del método, no espere milagro alguno, porque no lo hallará. Sólo encontrará las eternas leyes de la naturaleza. Esas leyes están disponibles para toda aquella persona que tenga la fe y el valor suficientes para utilizarlas. Pueden ser empleadas bien para aportar libertad a una nación bien para acumular riquezas.

Quienes toman decisiones con rapidez y de un modo definitivo saben muy bien lo que quieren, y, en general, lo consiguen. Los líderes en todos los campos de la vida son personas que deciden con rapidez y firmeza. Ésa es la razón principal por la que se han convertido en líderes. El mundo tiene la costumbre de abrir paso al hombre cuyas palabras y acciones muestran que sabe a dónde se dirige.

La indecisión es un hábito que suele aparecer en la juventud. El hábito adquiere permanencia a medida que el joven pasa por la escuela, el instituto e incluso la universidad sin una definición de propósito. El hábito de la indecisión acompaña al estudiante cuando inicia el trabajo que elige hacer…, si es que lo elige. En general, el joven que acaba de terminar sus estudios busca cualquier trabajo. Acepta el primero que se le ofrece, porque ha caído en el hábito de la indecisión. Noventa y ocho de cada cien personas que trabajan en la actualidad a cambio de un salario ocupan los puestos en los que están porque les faltó la firmeza de decisión necesaria para planificar el alcanzar un puesto determinado, así como el conocimiento acerca de cómo elegir al patrono.

La firmeza de decisión exige siempre valor, y, a veces, incluso mucho valor. Los cincuenta y seis hombres que firmaron la Declaración de Independencia pusieron sus vidas en juego cuando decidieron estampar sus firmas en aquel documento. La persona que toma la firme decisión de conseguir un puesto de trabajo determinado, y de que la vida le pague el precio que pide, no pone en juego su vida con esa decisión; lo único que se juega es su libertad económica. La independencia financiera, la riqueza, un negocio deseable o un buen puesto profesional no se encuentran al alcance de la persona que descuida o rechaza la expectativa, la planificación y la exigencia de esas mismas cosas. El que desea obtener riquezas, con el mismo espíritu con el que Samuel Adams deseó obtener la libertad para las colonias, seguro que terminará por acumular una gran fortuna.