Antes de abandonar el tema de la perseverancia, haga un inventario de sí mismo y determine en qué aspecto particular, si es que hay alguno, le falta esta cualidad esencial. Mídase a sí mismo con valentía, punto por punto, y determine cuántos, de los ocho factores de la perseverancia, le faltan. El análisis puede conducirle a descubrimientos que le proporcionarán una nueva comprensión de sí mismo.
Aquí encontrará a los verdaderos enemigos que se encuentran entre usted y un logro notable. No sólo hallará los «síntomas» que indican una debilidad de la perseverancia, sino también las causas subconscientes profundamente arraigadas de esta debilidad. Estudie la lista con sumo cuidado y mírese a sí mismo con honestidad si desea realmente saber quién es usted, y qué se ve capaz de hacer. Éstas son las debilidades que deben dominar todos aquellos que acumulan riquezas:
- Fracaso a la hora de reconocer y determinar con claridad y exactitud qué es lo que se desea.
- Dilación, con o sin causa. (Por lo general, apoyada por toda una serie de justificaciones y excusas).
- Falta de interés para adquirir conocimientos especializados.
- Indecisión, el hábito de «pasar la pelota» en todas las ocasiones, en lugar de abordar los temas de frente. (Apoyada también por numerosas justificaciones).
- Hábito de apoyarse en justificaciones, en vez de crear planes definidos para la solución de los problemas.
- Autosatisfacción. Hay muy poco remedio para esta aflicción, y ninguna esperanza para aquellos que la sufren.
- Indiferencia, habitualmente reflejada en la predisposición al compromiso en todas las ocasiones, antes que afrontar la oposición y luchar contra ella.
- Hábito de achacar a otros los errores propios, y de aceptar las circunstancias desfavorables como algo inevitable.
- Debilidad de deseo, a causa de la negligencia en la elección de los motivos que impelen a la acción.
- Predisposición, e incluso avidez, por abandonar la lucha a la primera señal de derrota. (Basada en uno, o en varios, de los seis temores básicos).
- Falta de planes organizados, expuestos por escrito de forma que puedan ser analizados.
- Hábito de descuidar el moverse por ideas, o de aprovechar la oportunidad cuando se presenta.
- Desear en lugar de querer.
- Hábito de alcanzar un compromiso con la pobreza, en lugar de aspirar a la riqueza. Ausencia general de ambición de ser, de hacer, de poseer.
- Buscar todos los atajos hacia la riqueza, tratando de conseguir sin estar dispuesto a dar un equivalente justo, lo que suele verse reflejado en el hábito del juego, y la tendencia a buscar buenas gangas.
- Temor a la crítica, y fracaso a la hora de crear planes y ponerlos en práctica a consecuencia de lo que otros piensen, hagan o digan. Este enemigo debería estar al principio de la lista, porque, por lo general, existe en la mente subconsciente, donde su presencia no suele ser reconocida. (Véanse los seis temores básicos en un capítulo posterior).