Existen dos tipos de conocimiento: uno es general, el otro es especializado.
El conocimiento general, sin importar cuánto en cantidad o variedad sea, tiene poco valor en la acumulación de dinero. Las facultades de las grandes universidades poseen, en conjunto, prácticamente todas las formas de conocimiento general conocidas por la civilización. La mayoría de los profesores tienen poco o ningún dinero. Se especializan en enseñar conocimiento, pero no se especializan en la organización o el uso del conocimiento.
El conocimiento no atraerá dinero, a menos que esté organizado y dirigido inteligentemente, a través de planes prácticos de acción, hacia el fin definitivo de la acumulación de dinero. La falta de comprensión de este hecho ha sido la fuente de confusión para millones de personas que creen falsamente que “el conocimiento es poder”. ¡No es nada de eso! El conocimiento es solo poder potencial. Se convierte en poder solo cuando, y si, se organiza en planes de acción definidos y se dirige hacia un fin definido.
Este “eslabón perdido” en todos los sistemas de educación conocidos por la civilización hoy en día se puede encontrar en el fracaso de las instituciones educativas para enseñar a sus estudiantes cómo organizar y usar el conocimiento después de adquirirlo.
Muchas personas cometen el error de asumir que, porque Henry Ford tuvo poco “estudio escolar”, no es un hombre de “educación”. Aquellos que cometen este error no conocen a Henry Ford, ni entienden el verdadero significado de la palabra “educar”. Esa palabra proviene del término latino “educo”, que significa educar, sacar, desarrollar desde dentro.
Un hombre educado no es, necesariamente, alguien que tiene una abundancia de conocimiento general o especializado. Un hombre educado es aquel que ha desarrollado las facultades de su mente de manera que pueda adquirir cualquier cosa que desee, o su equivalente, sin violar los derechos de los demás. Henry Ford entra bien dentro del significado de esta definición.