1. Cuando tu cuerpo, tu ego y tus sueños hayan desaparecido, sabrás que eres eterno. Tal vez pienses que esto se logra con la muerte, pero con la muerte no se logra nada porque la muerte no es nada. Todo se logra con la vida, y la vida forma parte del ámbito de la mente y se encuentra en la mente. El cuerpo ni vive ni muere porque no puede contenerte a ti que eres vida. Si compartimos la misma mente, tú puedes superar la muerte puesto que yo la superé. La muerte es un intento de resolver conflictos no tomando ninguna decisión. Al igual que todas las demás soluciones imposibles que el ego propugna, ésta tampoco resultará.
2. Dios no creó el cuerpo porque el cuerpo es destructible, y, por consiguiente, no forma parte del Reino. El cuerpo es el símbolo de lo que crees ser. Es a todas luces un mecanismo de separación y, por lo tanto, no existe. El Espíritu Santo, como siempre, se vale de lo que tú has hecho y lo transforma en un recurso de aprendizaje. Una vez más, y como siempre, reinterpreta lo que el ego utiliza como un razonamiento en favor de la separación, y lo convierte en una demostración contra ésta. Si la mente puede curar al cuerpo, pero el cuerpo no puede curar a la mente, entonces la mente tiene que ser más fuerte que el cuerpo. Todo milagro es una demostración de esto.
3. He dicho que el Espíritu Santo es la motivación de los milagros. El Espíritu Santo te dice siempre que sólo la mente es real porque es lo único que se puede compartir. El cuerpo es algo separado, y, por lo tanto, no puede ser parte de ti. Ser de una sola mente tiene sentido, pero ser de un solo cuerpo no tiene ningún sentido. De acuerdo con las leyes de la mente, pues, el cuerpo no tiene ningún sentido.
4. Para el Espíritu Santo no hay grados de dificultad en los milagros. A estas alturas, esto debería resultarte ya bastante familiar, aunque no es algo que todavía estés dispuesto a creer. Por lo tanto, ni lo entiendes ni puedes hacer uso de ello. Es mucho lo que todavía nos queda por hacer en favor del Reino como para pasar por alto este concepto tan crucial. Es realmente una de las piedras angulares del sistema de pensamiento que enseño y que quiero que tú enseñes. No puedes obrar milagros sin creer en él, ya que es una creencia en la perfecta igualdad. El único regalo idéntico que se les puede ofrecer a los Hijos idénticos de Dios, es apreciarlos completamente. Ni más ni menos. Sin una gama variable, la idea de grados de dificultad carece de sentido, y no debe haber gama alguna en lo que le ofreces a tu hermano.
5. El Espíritu Santo, que nos conduce a Dios, transforma la comunicación en el estado de ser, de la misma manera en que en última instancia, transforma la percepción en conocimiento. No pierdes lo que comunicas. El ego se vale del cuerpo para atacar, para obtener placer y para vanagloriarse. La locura de esta percepción la convierte en algo verdaderamente temible. El Espíritu Santo ve el cuerpo solamente como un medio de comunicación, y puesto que comunicar es compartir, comunicar se vuelve un acto de comunión. Tal vez creas que el miedo -al igual que el amor- se puede comunicar y que, por lo tanto, se puede compartir. Sin embargo, esto no es tan real como pueda parecer a primera vista. Los que comunican miedo están fomentando el ataque, y el ataque siempre interrumpe la comunicación, haciendo que ésta sea imposible. Es verdad que los egos se unen en alianzas temporales, pero siempre para ver qué es lo que cada uno puede obtener para sí mismo. El Espíritu Santo comunica únicamente lo que cada uno puede darle a todos. Nunca te quita nada que te haya dado, pues Su deseo es que te quedes con ello. Sus enseñanzas, por lo tanto, comienzan con esta lección: Para poder tener, da todo a todos.
6. Éste es un paso preliminar básico, y el único que tienes que dar por tu cuenta. Ni siquiera es necesario que tú mismo lo completes, pero sí es necesario que te encamines en esa dirección. Cuando decides ir en esa dirección, te pones a ti mismo a cargo del viaje, función que a ti y sólo a ti te corresponde desempeñar. Este paso tal vez parezca agudizar el conflicto en vez de resolverlo, ya que representa el paso inicial en el proceso de invertir tu percepción y de rectificarla totalmente. Esto entra en conflicto con la percepción invertida que todavía no has abandonado, ya que, de lo contrario, no habría sido necesario un cambio de dirección. Algunos se quedan en este paso durante mucho tiempo, experimentando un agudo conflicto. En este punto puede que incluso traten de aceptar el conflicto en vez de dar el siguiente paso hacia su resolución. Puesto que han dado el primer paso, no obstante, se les prestará ayuda. Pues una vez que hayan elegido lo que no pueden completar solos, ya no estarán solos.