1. Una de las maneras en que puedes corregir la confusión entre la magia y los milagros es recordando que tú no te creaste a ti mismo. Tiendes a olvidarte de esto cuando te vuelves egocéntrico, lo cual te coloca en una posición en la que es prácticamente inevitable creer en la magia. Tu voluntad de crear te fue dada por tu Creador, Quien estaba expresando esa misma Voluntad en Su creación. Puesto que la capacidad de crear reside en la mente, todo lo que creas es necesariamente una cuestión de voluntad. De ello se desprende también que lo que haces por tu cuenta es real para ti, mas no lo es en la Mente de Dios. Esta distinción básica conduce directamente al verdadero significado del Juicio Final.
2. El Juicio Final es una de las ideas más atemorizantes de tu sistema de pensamiento. Eso se debe a que no entiendes lo que es. Juzgar no es un atributo de Dios. El Juicio Final se originó a raíz de la separación como uno de los muchos recursos de aprendizaje que se incluyeron en el plan general. Del mismo modo en que la separación abarcó un período de millones de años, así el Juicio Final se extenderá por un período igualmente largo, o tal vez aún más largo. Su duración, no obstante, puede acortarse enormemente mediante los milagros, el recurso que acorta el tiempo, pero que no lo abole. Si un número suficiente de nosotros llega a alcanzar una mentalidad verdaderamente milagrosa, este proceso de acortar el tiempo puede llegar a ser virtualmente inconmensurable. Es esencial, no obstante, que te liberes a ti mismo del miedo cuanto antes, pues tienes que escapar del conflicto si es que has de llevar paz a otras mentes.
3. Por lo general, se considera al Juicio Final como un proceso que Dios emprendió. Pero en realidad son mis hermanos quienes lo emprenderán con mi ayuda. El Juicio Final es la última curación, en vez de un reparto de castigos, por mucho que pienses que los castigos son merecidos. El castigo es un concepto completamente opuesto a la mentalidad recta, y el objetivo del Juicio Final es restituirte tu mentalidad recta. Se podría decir que el Juicio Final es un proceso de correcta evaluación. Significa simplemente que todos llegarán por fin a entender qué es lo que tiene valor y qué es lo que no lo tiene. Después de que esto ocurra, la capacidad para elegir podrá ser dirigida racionalmente. Pero hasta que no se haga esa distinción, las oscilaciones entre la voluntad libre y la aprisionada no podrán sino continuar.
4. El primer paso hacia la libertad comprende separar lo falso de lo verdadero. Éste es un proceso de separación en el sentido constructivo de la palabra, y refleja el verdadero significado del Apocalipsis. Al final cada cual contemplará sus propias creaciones y elegirá conservar sólo lo bueno, tal como Dios Mismo contempló lo que había creado y vio que era bueno. A partir de ahí, la mente podrá comenzar a contemplar sus propias creaciones con amor por razón del mérito que tienen. Al mismo tiempo, la mente repudiará inevitablemente sus creaciones falsas que, en ausencia de la creencia que las originó, dejarán de existir.
5. El término "Juicio Final" asusta no sólo porque ha sido proyectado sobre Dios, sino también por la asociación de la palabra "final" con la muerte. Éste es un ejemplo sobresaliente de la percepción invertida. Si se examina objetivamente el significado del Juicio Final, queda muy claro que en realidad es el umbral de la vida. Nadie que viva atemorizado puede estar realmente vivo. No te puedes someter a ti mismo a tu propio juicio final porque tú no te creaste a ti mismo. Puedes, no obstante, aplicarlo significativamente, y en cualquier momento, a todo lo que has fabricado, y retener en la memoria sólo lo creativo y lo bueno. Eso es lo que tu mentalidad recta no puede sino dictar. El único propósito del tiempo es "darte tiempo" para alcanzar ese juicio, el cual no es otra cosa que el juicio perfecto con respecto a tus propias creaciones perfectas. Cuando todo lo que retengas en la memoria sea digno de amor, no habrá ninguna razón para que sigas teniendo miedo. Ése es tu papel en la Expiación.