Meditación diaria

Finalmente, a modo de meditación diaria, centre conscientemente la atención en cada uno de sus chakras, comenzando por el primero y siguiendo hacia arriba. He aquí algunos consejos para centrar la atención en el chakra:

1. Pregúntese: " ¿Estoy perdiendo energía? Si es así, ¿Qué miedo me está extrayendo poder de esta parte del cuerpo?" Respire hondo y desconecte conscientemente su energía de ese miedo.

2. Invoque a las energías protectoras de los guardianes espirituales, las sefirot o el sacramento de ese determinado chakra.

3. Entre conscientemente en la energía de ese chakra y perciba la clase de actividad energética que aumenta en esa parte de su cuerpo.

Avance por los chakras concentrándose del siguiente modo:

En el primer chakra, concéntrese en la energía de la sefirá de Shejiná y siéntase conectado con toda la vida, con todo lo que vive. Después concéntrese en el sacramento del bautismo y bendiga la vida que ha aceptado vivir, y a la familia, personal y política, que conforma su vida.

En el segundo chakra, concéntrese en la energía de la sefirá de Yesod y perciba la energía que ha salido de esa zona de su cuerpo en actos de creación. Si tiene la energía contaminada, es decir, llena de negatividad y miedo, reexamine su intención. Lleve a su mente la energía del sacramento de la comunión: vea que cada persona de su vida tiene una finalidad divina. Cuando no pueda ver claramente a la Divinidad, pida energía para ver y penetrar las ilusiones que lo dominan.

En el tercer chakra, concéntrese en la energía de las sefirot de Nétzaj y Hod, la integridad y la resistencia. Evalúe su código de comportamiento y vea si ha comprometido de alguna manera su honor. Si es así, medite sobre el sentido y la importancia del honor y pida ayuda para estar a la altura de sus valores personales. Después lleve a la monte el sacramento de la confirmación, compromiso consigo mismo de respetar su propia dignidad.

En el cuarto chakra, concéntrese en a energía de la sefirá de Tiféret y La energía del amor y la compasión. Evalúe cómo extiende su amor a otras personas y a sí mismo, incluida la energía amorosa contenida en los actos de perdón. Después concéntrese en el cuidado que se dispensa a sí mismo y en la forma en que respeta su promesa simbólica del sacramento del matrimonio consigo mismo.

En el quinto Chakra, concéntrese en la energía de las sefirot de Jésed y Gueburá, la clemencia y el juicio, y evalúe La calidad de los pensamientos que tiene sobre los demás y sobre sí mismo. Evalúe las palabras que intercambia con los demás, y si ha expresado palabras hirientes envíe energía positiva a esas personas. Si ha expresado palabras falsas, reconozca conscientemente que ha actuado para engañar y examine los temores que existen en usted, de los cuales surgen los actos de engaño. Esto es utilizar la energía del sacramento de la confesión. Pida que entre la Luz en ese miedo y le dé valor para no volver a actuar de esa manera negativa.

En el sexto Chakra, concéntrese en la energía de las sefirot de Jojmá y Bina, la sabiduría y el entendimiento divinos, y continúe evaluando su vida cotidiana. Pida sabiduría y percepción intuitiva para las situaciones en que siente confusión o miedo. Y recuérdese la promesa del sacramento del orden sagrado: que cada uno de nosotros tiene un don especial que ofrecer a esta vida y que cada uno es conducido inevitablemente a ese camino. Es imposible no ver la finalidad de nuestra vida.

En el séptimo Chakra, concéntrese en la energía de la sefirá de Kéter, su contacto con lo Divino, y en el sacramento de la extremaunción, completando y liberando conscientemente sus asuntos inconclusos. Deje entrar la energía de Dios en su mente, cuerpo y espíritu, e inspire esa energía haciéndola entrar en su ser.

Con esta práctica diaria de meditación evaluará la salud de su cuerpo, mente y espíritu. Trabajar con esta meditación le permitirá sentir su salud espiritual y corporal. Con ella puede trabajar para aumentar su conciencia del equilibrio de poder dentro de su sistema energético.

Además, recuerde con regularidad el arquetipo de la Tierra Prometida. Su finalidad es atraernos hacia el interior para descubrir el poder que tenemos detrás de los ojos. Podemos trascender todos los dilemas mediante el poder de nuestro espíritu: ésa es la promesa divina.

Mediante esta auto-evaluación, desarrollará la habilidad de leer la energía y percibir la orientación intuitiva. Desarrollar esta habilidad requiere práctica diaria, e incluso cada hora en períodos de crisis. Este simple acto de tomar conciencia, junto con el compromiso consciente de aprender de las experiencias, debilitará sus miedos y fortalecerá su espíritu.

Por encima de todo, a medida que aprenda el lenguaje del espíritu vaya estableciendo un código de honor personal que refleje el contenido espiritual de su biología. Esta era de la conciencia no nos empuja meramente a atiborrarnos de nuevas teorías espirituales ni a jugar a juegos de pensamiento que unen la física con el budismo zen. Estamos hechos para avanzar hacia el auto descubrimiento y la madurez, espiritual, para estar preparados y ser capaces de vivir una vida que nos importa a nosotros y a las personas que nos rodean.

Contenemos la escritura. Contenemos la Divinidad. Somos la Divinidad. Somos la iglesia, la sinagoga, el ashram. Sólo necesitamos cerrar los ojos y sentir la energía de los sacramentos, las sefirot y los chakras, que es el origen de nuestro poder, la energía que alimenta nuestra biología. Lo irónico es que una vez que comprendemos de qué estamos hechos no tenemos otra opción que vivir una vida espiritual.