Segunda Parte

LAS SIETE VERDADES SAGRADAS

Mi comprensión del sistema de los chakras se ha desa­rrollado en mi trabajo como intuitiva médica. Hablar de mi trabajo con las personas que lean este libro es como llevar­las al interior de mi mente y laboratorio. En cuanto a usted, coja de aquí solamente lo que a su corazón y a su espíritu les parezca correcto y deje lo demás.

En la segunda parte hablo de cada chakra por separado con el fin de que usted se familiarice con sus características, significado y contenido específicos. Sin embargo, cuando analizo una enfermedad desde el punto de vista de la medi­cina energética, también evalúo al paciente completo, inclu­yendo sus síntomas físicos y hábitos mentales, sus relacio­nes y alimentación, su práctica espiritual y su profesión o trabajo. Tenga presente esta misma regla cuando estudie el sistema energético humano. Independientemente de la zona del cuerpo donde esté localizada una enfermedad, una evaluación completa de la energía ha de incluir los siete chakras, como también todos los aspectos de la vida del paciente.

A medida que lea la información sobre los chakras, irá viendo que los problemas que involucran a los chakras pri­mero, segundo y tercero son aquellos en los que la mayoría de las personas gastan su energía. No es una coincidencia que ­la mayoría de las enfermedades sean consecuencia de una fu­ga de energía a través de esos tres chakras. Incluso cuando una enfermedad se desarrolla en la parte superior del cuer­po, como en los casos de afecciones cardíacas o cáncer de ma­ma, normalmente su origen energético se encuentra en el es­trés causado por problemas de los tres chakras inferiores, por ejemplo problemas en el matrimonio o la pareja, la familia o el trabajo. Emociones como la furia y la rabia nos golpean físicamente bajo la cintura, mientras que una tristeza no ex­presada guarda relación con enfermedades situadas por en­cima de la cintura. Por ejemplo, la principal emoción que se oculta tras los quistes o bultos en los pechos, o el cáncer de mama, es la pena, la aflicción y los asuntos emocionales in­conclusos relacionados por lo general con el dar y recibir nu­trición y cariño. Sin embargo, esta nutrición y cariño tam­bién tienen que ver con la salud de las relaciones, y éstas son principalmente asunto de los chakras primero y segundo.