Jung nos recuerda que, aunque los alquimistas no disponían de nuestro moderno sistema psiquiátrico de clasificación, sí que inventaron su propia terminología, aplicable a todos los niveles de su trabajo. pero también a los procesos de transformación personal y espiritual. Y, sin duda, las fases de la alquimia tradicional —negra, blanca y roja— proponen una interesante descripción de las etapas que pasamos cuando estamos sometidos a cambios y crisis:
LA FASE NEGRA
Marca el inicio de un proceso de cambio psicológico.
¿Cuáles son los síntomas de esta fase?La depresión y la melancolía, que indican que algo no va bien y que nos invitan a frenar y a examinar nuestra vida con más atención.
¿Para qué sirve la fase negra?Para invitarnos a desprendernos de viejos hábitos, relaciones y dependencias malsanas, y a no seguir con proyecciones en las que culpamos a otros de nuestros problemas.
¿Qué voy a sentir?Culpabilidad, sentimiento de no valer nada, sentirme mortificado...
¿A qué me enfrento?Al dragón, que en alquimia simboliza una concentración de energía inconsciente que te arrastra y controla.
¿Qué puedo hacer?Sé más objetivo, responsabilízate de tus problemas, enfréntate a alguna memoria dolorosa, no te refugies en distracciones, trabajo constante, adicciones...
El mensaje de los alquimistas: En esta fase de cambio hay que «calcinar» y «disolver», es decir, deshacer las partes de nuestra personalidad que nos complican la vida: el ego, la baja autoestima, el comportamiento destructivo, el orgullo, la arrogancia... Para los alquimistas, cuando la sombra retrocede, la fase blanca ya puede empezar.
LA FASE BLANCA
¿Cuáles son los síntomas de esta fase?Te sientes mejor, más optimista.
¿Para qué sirve la fase blanca?Para que puedas integrar en la vida diaria tu nueva sabiduría.
¿Cómo me voy a sentir?Más ligero, porque has arrancado de tu «sombra» inconsciente partes reprimidas y rechazadas de ti mismo, y las estás integrando a tu conciencia.
¿A qué me enfrento?A la necesidad de reconciliar tus contradicciones, de tomar la vida en tus manos y de vivir en paz contigo mismo.
¿Qué puedo hacer?Como ahora ya no quieres esconder «los trapos sucios», sigue descubriéndote, comprendiéndote y, si puedes, habla con un terapeuta para seguir con tu trabajo en el laboratorio interior.
El mensaje de los alquimistas: En esta fase de cambio buscamos reconciliar nuestras contradicciones y ser honestos y consecuentes con nuestras fortalezas y vulnerabilidades, sin necesidad de reprimir ni ignorar un problema. A esto se le llama lograr una conjunción de opuestos que se integre en nuestra conciencia.
Si concluyes la fase blanca con éxito, podrás adentrarte en la fase roja.
LA FASE ROJA
¿Cuáles son los síntomas de la fase roja?Ahora afloran nuevas contradicciones, y tienes la sensación de que las cosas todavía pueden mejorar.
¿Para qué sirve?Para seguir refinando tu psique.
¿Cómo me voy a sentir?Poco a poco, volverás a sentirte incómodo y algo intranquilo, y volverás a los síntomas de la fase negra.
¿A qué me enfrento?A la realidad: ¡siempre hay más trabajo psíquico por hacer, nunca terminamos el proceso! Pero piensa que, en el fondo, es una suerte poder llevarlo a cabo. Significa que estás vivo y que estás avanzando en la aventura de conocerte y gestionarte mejor.
¿Qué puedo hacer?Armarte de paciencia y de curiosidad... ¡Y volver a zambullirte en tu laboratorio interior!
«No hay luz sin sombras, ni totalidad psíquica sin imperfecciones. La vida, para cumplirse, no necesita ser perfecta, sino completa, y para eso es necesaria una “espina en la carne”. El dolor y la imperfección también son necesarios para avanzar y progresar.»
Carl G. Jung