Un truco que los griegos usaban de forma habitual para vigilar sus hábitos y fortalecerse frente a los retos cotidianos era escribir diarios: a través del diario, puedes anotar cómo, cuándo y en qué mejoras.
El filósofo estoico Quinto Sextio, por ejemplo, decía que debemos preguntarnos frecuentemente: «¿Qué males has remediado hoy? ¿Contra qué vicios has luchado? ¿En qué sentido has mejorado?».
Pero el mejor exponente de ello es sin duda Marco Aurelio. En sus diarios, llamados Meditaciones, reflexiona sobre sus dificultades y experiencias vitales, y describe cómo practicaba buenos hábitos hasta que le salían sin esfuerzo.
¿Quieres seguir el ejemplo de Marco Aurelio y escribir tu propio diario?
El psicólogo social James Pennebaker ha estudiado cómo nos ayuda escribir un diario y apunta que lo mejor es no usar solo la primera persona (yo), sino también el tú, ellos, nosotros... ¿Por qué? Para despersonalizar la experiencia de la que estamos hablando, para tomar una sana distancia. Eso es lo que hace Marco Aurelio repetidamente en sus diarios: observa una situación desde múltiples perspectivas, con lo que logra que su mente sea más flexible.