— ¿Eres feliz? —me pregunta de vez en cuando.
Conozco esa mirada. Sus ojos azules se hacen agua y me envuelven. Sus brazos me rodean, me aprietan hacia él. Su frente se apoya contra mi frente. Cierro los ojos y no contesto nada. La vida podría darme un zarpazo, pero aquí y ahora, a su lado, dolería menos. Cualquier esfuerzo y casi cualquier pena se aligeran cuando él me mira así.
Pero a veces su mirada no puede protegerme. De repente se abre una grieta, con sus riberas y sus paredes profundas de agua y hielo. Si hago como si nada, el surco sigue respirando, perforando, y se abren caminos pedregosos y áridos en los que duele vivir.
Cuando la felicidad desaparece, deja un reguero de emociones incómodas, dolorosas o destructivas. Todos nos enfrentamos al reto incesante de volver a conquistarla, un reto que durante siglos se ha considerado trivial. No se sabía entonces, como sabemos ahora, que la felicidad es determinante en nuestra salud mental, física y emocional.
A lo largo y ancho del mundo y en todas las épocas, los humanos hemos querido encontrarle el sentido a un mundo fragmentado, desordenado y a menudo incomprensible. Estas páginas son una invitación a adentrarnos en la búsqueda y la conquista de la felicidad de la mano de civilizaciones presentes y pasadas, de personas y territorios diversos. La experiencia de siglos de quienes nos precedieron en el difícil arte de vivir conforma un conjunto riquísimo de sabiduría y experiencia que sigue siendo extrañamente vigente, aunque a menudo sea desconocido o lo hayamos olvidado.
No hay una receta para la felicidad ni una sola manera de amaestrarla, pero existen claves científicas certeras y la experiencia de multitud de personas y comunidades que salen a su encuentro y se arriesgan a descubrirla, a perderla y a volver a conquistarla.
Así lo demuestran las pequeñas revoluciones de tantos lectores que tengo la alegría de incorporar a estas páginas: en ellas se plasma nuestra capacidad innata y esperanzadora para cambiar, modificar y mejorar nuestra vida de mil formas diferentes. Encontrarás aquí también testimonios de filósofos, poetas y científicos, una selección inspiradora de vidas apasionadas a la búsqueda de la felicidad. Y como los humanos también aprendemos a ser felices en comunidad, viajaremos para conocer experiencias colectivas, gestos para la felicidad que se practican desde la Patagonia hasta Islandia, desde Sudáfrica hasta Tailandia o el Tíbet.
Este prólogo es también advertencia y guía de lectura: viajero, ponte cómodo y respira. Vas a hacer un viaje tan abigarrado, impredecible y personal como la propia búsqueda de la sabiduría y de la felicidad. Variarán a lo largo de estas páginas los medios de transporte, los paisajes que te rodean y los guías que te acompañan... Todo viaje es una aventura, y este libro es viaje y es aventura. Pero si observas antes de juzgar, si te dejas llevar por los cambios de tiempo y de velocidad, tendrás sin duda la
recompensa del viajero sabio y paciente: regresarás a casa cargado de experiencias y de ideas que te enriquecerán.
Y es que en cada una de estas páginas, lo verás, cohabitan sin remedio, desde hace siglos, anhelos, metas, penas, fracasos, oportunidades perdidas y emociones mezcladas. Porque esto es vida: un caleidoscopio de sentimientos y circunstancias donde no hay pena ni alegría que duren ni cien años ni un día, donde todo cambia constantemente, donde la mirada engaña, los deseos se camuflan, el bien y el mal te persiguen, las personas te desconciertan, la suerte te encuentra o te esquiva y los sueños se confunden, casi siempre, con la realidad. Y todo eso es parte de la aventura y del viaje que te propongo.
En la primera parte de este libro, empezamos a paso ligero con los sabios griegos y romanos, tan cercanos, tan familiares, que su sabiduría, más que un descubrimiento, es un reencuentro. Nos adentraremos después con más calma en la poesía y los matices de los antiguos sabios chinos, y traspasaremos la puerta secreta de un laboratorio alquímico, antes de emprender el viaje hacia la búsqueda de la felicidad alrededor del mundo. Finalmente, de la mano de grandes poetas, artistas, psicólogos, neurocientíficos y otros sabios de nuestro tiempo, seguiremos acumulando pistas y claves en nuestro viaje a la felicidad.
Este libro refleja muchas formas, aunque ni mucho menos todas, de entender la felicidad. Porque, aunque se encierre en una sola palabra, la felicidad puede vivirse de siete mil millones de maneras, tantas como personas habitamos este planeta. Por ello conviven aquí, sin fronteras, tantas herramientas, rutinas, gestos, intuiciones y pistas de todo el mundo y de todos los tiempos, que te invitan a dejar atrás las heridas, a bailar con el caos, a pensar en las desdichas como en las olas del mar, a comprender que estás hecho de estrellas o a plantar árboles. Son pequeñas revoluciones diarias, gestos útiles que erosionan la tristeza, las pérdidas o el dolor tan inseparables de la vida humana, ideas que sacuden y transforman el aburrimiento, el sinsentido y la soledad, palabras y relatos que inspiran y renuevan las alegrías y los vínculos humanos, una sabiduría a nuestro alcance que celebra día a día la aventura de vivir.