Para entender hasta qué punto nuestras acciones afectan a los demás, intenta cambiar alguno de tus comportamientos más habituales.
Fíjate en lo que ocurre cuando miras de forma intensa a tu mejor amigo o amiga, cuando saludas con un «hola» exultante a un directivo de tu empresa que suele ser taciturno, o dejas tus cosas en el asiento de al lado durante la hora punta en el metro. Y después trata de actuar de forma distinta: sujétale la puerta a un desconocido, mándale un mensaje a un amigo que está teniendo problemas en su relación, ayuda a tu madre.
Presta atención a cómo todos estos cambios te afectan a ti y a las personas de tu alrededor.