Marie Guillaume, una periodista freelence, recibe el encargo de realizar un reportaje al pintor Víctor Brossa. La periodista viaja a un pueblo de Gerona donde el artista tiene su taller. Durante tres intensos días, lo que tenía que ser una plácida entrevista se convierte en un choque de personalidades que desembocará en un desenlace totalmente inesperado.
Este film es un proceso artístico disfrazado de historia cotidiana basado en la aplicación práctica del Arte Ritual. En el mismo, el artista Víctor Brossah explora de forma simbólica los diferentes aspectos de su ego creativo. Para ello, la película nos introduce en el mundo de un personaje ficticio (Víctor Brossa sin la “h” final), presentado como una construcción masculina histriónica e incompleta que trata a toda costa de despertar a esa otra parte de sí mismo, un alter ego femenino representado por Marie, una mujer creativamente castrada que se ha refugiado en su parte racional.
Dirigida de forma magistral por Davit Gimenez, esta obra representa un viaje metafórico desde el que se nos propone tomar la responsabilidad creativa de nuestra vida más allá de lo que representan para nosotros cada una de nuestras creencias. Realidad o ficción, cordura o locura, solo son conceptos que pueden ser traspasados cuando comprendemos la vida como un proceso artístico que nos permite explorarnos, reconocernos, gestionarnos e integrar aquellos aspectos de nosotros mismos que, ya sea en interno o en externo, nos mantienen continuamente enfrentados y divididos.
Rodada en menos de un mes, sin medios económicos y con un equipo cuyos miembros jamás habían participado en el rodaje de una película. Sin ensayos previos, sin asesoramiento o conocimiento sobre la industria del cine y gracias a la aportación voluntaria de todos los integrantes del equipo y la ayuda desinteresada de un montón de personas que decidió apoyar este proyecto, esta película ha podido ser realizada.
Aunque muchos dudaban sobre la posibilidad de rodar esta película desde los medios y la forma en la que ha sido realizada, este film es la prueba de que los universos creativos permiten hacer posible lo que la mente dice que no lo es. Una de las grandes claves para lograrlo ha sido la capacidad de fluir y transformar las escenas y los aspectos del guion en función de los acontecimientos, jugando a tomar a la propia película como una entidad viva que permitía a todo el equipo experimentar la magia y el poder transformador de cualquier proceso creativo más allá de lo esperado.